Denuncian a un centro veterinario de Sant Adrià de Besòs por mala praxis: "Podría haber tenido un desenlace fatal"
Rosa, vecina del municipio, acudió con su chihuahua en Navidad por una urgencia al AniCura Canis i Felis Hospital Veterinari y el animal empeoró con el tratamiento que le administraron: además, tuvo que pagar 500 euros por una medicación que no le sirvió
7 agosto, 2024 23:30El AniCura Canis i Felis Hospital Veterinario de Sant Adrià de Besòs, denunciado ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor.
El caso de Rosa y su perro Dorian es un ejemplo de lo importante que es acudir a un centro veterinario de confianza porque, de lo contrario, lo que está en juego es la vida de la mascota. La mujer, vecina del municipio, acudió la pasada Navidad a la clínica, ubicada en la calle Bogatell, por una urgencia: el chihuahua vomitaba sangre. También sus heces eran sanguinolentas y Rosa decidió llevarlo corriendo al AniCura. "Por el camino mi hija me iba diciendo que nos estábamos equivocando".
Una inyección dudosa
En todo Sant Adrià solo hay dos veterinarios y el único que atiende urgencias y está abierto las 24 horas del día es el AniCura. Por ello, a Rosa no le quedó otro remedio que acercarse al centro con su mascota el 14 de diciembre. Lo cuenta todo a Metrópoli: "Le administraron un inyectable para que dejara de vomitar y le recetaron una pastilla para el día siguiente". Todo ello sin conocer el diagnóstico de lo que le pasaba al perro.
La dueña de Dorian se marchó de allí algo más tranquila, pero al día siguiente sus temores se acrecentaron: el chihuahua se despertó con la cara hinchada, como si hubiera sufrido alguna especie de reacción alérgica por la inyección: "Lo volví a llevar y me pusieron en duda, diciéndome que igual le había picado algún insecto cuando el perro no se había movido de casa en toda la noche". La solución por parte del centro veterinario fue algo de cortisona y enviarlos de nuevo a casa. Pero todo fue a peor: "A las dos horas vuelve a tener rojez, hinchazón y picor en la cara. Les llamé y me repitieron que le diera otra pastilla de cortisona", recuerda Rosa, todavía con nerviosismo.
Un estado "lamentable"
Por si fuera poco, pasados ya dos días desde la visita a urgencias, Dorian continuaba vomitando y haciendo heces con sangre. El 17 de diciembre Rosa vuelve a acercarse al AniCura, donde le realizan una radiografía al perro en la que no detectan nada: "Nos dan una medicación líquida para administrar con jeringuilla". A partir de aquí empieza la odisea.
El animal continúa empeorando, mientras Rosa insiste con las visitas. El 21 de diciembre le informan de que Dorian podría estar sufriendo una pancreatitis: "Apuntan mal su peso, así que la pauta de medicación también está mal. Cada vez que vuelvo le dan algo distinto", recuerda la mujer. Finalmente, el 23 de diciembre Dorian se queda ingresado dos días en los que ningún veterinario de la clínica informa a su dueña del estado del chihuahua: "Soy yo la que va presencialmente a preguntar porque nadie me llama". El 25 de diciembre a Dorian le dan el alta: "Me lo entregan sucio, en un estado lamentable y muerto de hambre".
Cambio de centro
Tras días de incertidumbre y equivocaciones, llega el 26 de diciembre y Dorian continúa teniendo los mismos síntomas iniciales. Aquí, Rosa ya se cansa y les informa de que lo llevará a otro centro veterinario, pero paga los 500 euros que le reclaman.
La mujer decide llevarlo a la Clínica Veterinària Sant Mori, en Alfons XIII de Badalona. Les explica lo sucedido y allí le recetan antibiótico a Dorian durante 10 días. Casi instantáneamente, el perro mejora milagrosamente: "Desde el primer día deja de vomitar sangre y me cobran 80 euros". Una cantidad mucho menor a la de la clínica de Sant Adrià, pero lo más importante: dan con la solución al problema de salud del chihuahua al momento.
Denuncia a Consumidor
Rosa recuerda esa Navidad como una de las peores de su vida. Afortunadamente, Dorian sobrevivió al mal trago y ahora se encuentra perfectamente, pero la mujer quiso dejar constancia de lo ocurrido reclamando y presentando una denuncia ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor: "Es que es mi perro. Comparte más conmigo que algunos miembros de mi propia familia".
La mujer cuenta a este medio su experiencia con la esperanza de que su relato llegue a más personas, aunque su denuncia quedó finalmente archivada. "Van con el dinero por delante", lamenta Rosa. "Sin duda, su mala praxis debería ser delito".