Muchos pirómanos viven y actúan en el Barcelonès Nord. O eso parece, porque la incesante quema de coches y contenedores se repite cada pocas noches y algo que tienen en común, más allá del modus operandi, es la ubicación. Badalona, Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet sufren los incendios, que han aumentado este verano, y la policía no da abasto para controlarlos.
Los tres municipios, que comparten calles entre sí, han desplegado a los Mossos d'Esquadra y a las policías locales para intentar dar con los pirómanos que traen de cabeza a toda la ciudadanía, aunque por el momento solo hay unos cuantos identificados.
¿Organizados?
Qué tiene la zona que llama tanto la atención de estos delincuentes, nadie lo sabe, pero lo cierto es que la quema de mobiliario urbano y todo tipo de vehículos está a la orden del día en el Barcelonès Nord. Sin ir más lejos, este domingo de madrugada, los mossos detenían en Badalona a un pirómano reincidente que ya había quemado varios coches en la ciudad vecina, Santa Coloma de Gramenet.
En el caso del municipio de Xavier García Albiol, la ruta está bastante clara. Artigues, Sant Roc y Llefià son los barrios que más los padecen y el meticuloso orden en que se suceden los incendios hace incluso sospechar de una organización, aunque este extremo no está confirmado. El alcalde, de hecho, lamenta en cada ocasión la detención de estos hombres, de entre 20 y 40 años más o menos, porque a las pocas horas vuelven a estar en libertad.
Detenido en Barcelona
Fuentes policiales de Sant Adrià de Besòs aportan a este medio un curioso dato. Recuerdan la oleada de incendios que hubo hace un año, por la misma época en 2023, y cómo el fenómeno se detuvo cuando la policía cazó a un pirómano en Barcelona: "Cogieron a ese tío y los incendios pararon", aseguran.
Y es que hay noches que el recorrido de quien provoque los destrozos desemboca en el municipio adrianense. La calle Ricart ha sido testigo, como también la avenida de les Corts Catalanes o varias vías del barrio del Besòs. El río también sufre las consecuencias: los pirómanos se ceban con la desembocadura, haciendo arder las cañas. Por ello, la Policía Local colabora estrechamente con mossos para reducir el terrible impacto.
Permanente vigilancia
Santa Coloma de Gramenet también está alerta. Según el ayuntamiento, el Grupo de Información y Prevención (GIP) está sobre el tema, como también los serenos. Pero especialmente está atenta la Unitat de Suport i Intervenció Ràpida (USIR), "en permanente vigilancia".
Vecinos
Lo escurridizo de los pirómanos, que suelen provocar el pánico y continuar con su tarea, hace que en muchas ocasiones no sean capturados. No hay que olvidar, por ejemplo, aquel vecino de Sant Roc que tras incendiar los contenedores, se subía al balcón de su casa para verlos arder. También se burlaba de los agentes de la Guardia Urbana, que lo conocían de sobras.
Otro delincuente habitual era un vecino, también mayor, del barrio de La Salut que por las noches salía a incendiar contenedores. Ex presidiario y detenido en multitud de ocasiones, la ley permitía que estuviese en libertad a las pocas horas.
Medidas desesperadas
Ante lo inabarcable de la situación, no es de extrañar que los gobiernos municipales tomen otras medidas como la del soterramiento de contenedores o el metal como material de fabricación.
Albiol incluso mencionó los contenedores contraincendios en el próximo paquete del nuevo concurso de limpieza destinados a reducir el impacto del fuego en estos elementos.