Sin una medida concreta, pero con el firme compromiso de estudiar las opciones para evitar que se repita la tragedia del pasado lunes, día en el que murió Olga, una joven de 17 años, tras ser arrollada por un tren que pasaba por las vías de la R2 de Rodalies a la altura de Montcada i Reixac.
Así ha concluido la reunión extraordinaria de la Junta Local de Seguridad celebrada en el municipio metropolitano. La reunión ha contado con la presencia de representantes del ayuntamiento, de la Generalitat y la delegación del Gobierno en Catalunya, pero también de la Policía Local, los Mossos d'Esquadra, Policía Nacional y la Guardia Civil.
Instituciones y cuerpos asistentes a la reunión ha debatido acerca de cómo fortalecer la seguridad para evitar nuevos atropellos accidentales. Y es que la estación de la R2 de Montcada i Reixac es un punto caliente de accidentes de este tipo. Según datos de la plataforma Tracte Just Soterrament Total y el consistorio, son ya 182 los fallecidos en las vías de la ciudad.
Montcada i Reixac tiene una disposición particular: dispone de estaciones de Renfe para las líneas R2, la R2 Nord, la R3, la R4 y la R7. Además, también circulan trenes de la R11 con destino u origen en Portbou (media distancia). En el caso de las vías de la R2, estas cortan por la mitad la ciudad. Día a día, miles de personas tienen que cruzarlas por un paso a ras de suelo protegido solo por una barrera fácilmente franqueable.
Los largos tiempos de espera hasta que la barrera suba, las prisas y los descuidos han acabado, por ello, en tragedia ya demasiadas veces. Y todas las instituciones coinciden en ello.
Agentes cívicos
No obstante, la consellera d'Interior, Núria Parlon, ha descartado que sean los Mossos d'Esquadra quienes se encarguen de vigilar el paso tras considerarlo "inviable". Por tanto, todo apunta a que se destinarán agentes cívicos que lo guarden de forma permanente.
Para ello, el alcalde Bartolo Egea ya ha solicitado reunirse tanto con Renfe y Adif y ha anunciado que pedirá la colaboración de la Diputación o del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para llevar a cabo la propuesta.
Junto a esta, también se ha puesto sobre la mesa la importancia de continuar haciendo pedagogía para concienciar a los ciudadanos acerca de la importancia respetar la barrera y mantener, ante todo, la seguridad en los alrededores de las vías del tren, según ha relatado el consistorio en un comunicado.
El soterramiento, la solución final
En cualquier caso, la solución final a este problema que tantas vidas se ha cobrado pasa, ineludiblemente, por llevar a cabo el soterramiento completo de las vías.
Al respecto, el delegado de Gobierno, Carlos Prieto, ha celebrado que son obras que ya se están llevando a cabo --cumpliendo con lo que es una reivindicación histórica del municipio. Los trabajos arrancaron a finales del pasado enero y tendrán un valor de unos 570 millones en total --sin contar posibles imprevistos--.
Eso sí, el mismo alcalde ya pidió en su momento paciencia a la ciudadanía, porque se trata de obras complejas que, se espera, durarán unos siete años en total, por lo que deberían estar listas para 2031, según las previsiones actuales. Una vez concluidas, las vías se soterrarán a unos 35 metros de profundidad.
La muerte de Olga
El pasado lunes, Olga, una joven de 17 años de la ciudad, perdió la vida cuando fue arrollada por un tren semidirecto de la R11 cuando se disponía a cruzar las vías. Las primeras líneas de investigación policial apuntan a que la menor, que iba acompañada de una amiga, esperó a que subiera la barrera en un principio. Al ver que no ocurría y que había pasado ya un tren de la R2, las dos jóvenes decidieron cruzar. Fue entonces cuando pasó el tren regional. Mientras que la acompañante pudo esquivarlo, Olga recibió el golpe del vehículo, lo que propició su muerte.
Poco después, estalló la polémica porque la conductora del tren dio positivo en un primer test de drogas que le realizó la Policía Local. Al respecto, tanto Mossos d'Esquadra como el sindicato Semaf y Renfe han hecho hincapié en que los resultados de esta primera prueba "no son concluyentes". El sindicato, además, apuntaba a un posible falso positivo derivado de la medicación por un tratamiento médico.
Este mismo martes, el sindicato ha asegurado que la conductora ha dado negativo en las pruebas de contraste, elaboradas a partir de análisis de sangre y orina y con una fiabilidad mayor que los tests rápidos de drogas. Añaden, además, que el mismo día del accidente Renfe le hizo otras pruebas que arrojaron sendos resultados negativos.
En estos momentos, la policía autonómica catalana espera los resultados de pruebas elaboradas en laboratorio y un informe pericial definitivo. Renfe, por su parte, también ha iniciado una investigación independiente para esclarecer estos hechos.