Ruidos, alcohol, basura y coches mal aparcados. Los vecinos del barrio de Torre-roja de Viladecans han denunciado los problemas de convivencia que sufren por la presencia de un supermercado.
Ubicado en la esquina de la carretera Barcelona con la calle Vicenç Foix, el comercio se ha convertido en un foco de problemas para la limpieza de las calles y el descanso de los que residen en el barrio, en especial para aquellos que viven en el edifico superior y las calles aledañas.
Según han explicado los vecinos a Metrópoli, los ruidos y las molestias se generan durante las noches de viernes y sábado, aunque en verano se amplía a más días de la semana. "Cuando estás con las ventanas abiertas es imposible dormir hasta altas horas de la madrugada", afirma uno de los residentes.
Desde el Ayuntamiento de Viladecans han confirmado a este medio que tienen constancia de los problemas en la zona, especialmente desde la temporada estival. Según han explicado fuentes internas del consistorio, la policía ha actuado en este punto donde se concentran jóvenes durante las noches de los fines de semana.
Horario innecesario
El supermercado abre de 7:00 de la mañana hasta las 24:00 de la noche. "Abren en unas horas que no toca por el tipo de barrio que somos. No es una zona turística", explica uno de los residentes. "Un 24 horas en este barrio no es necesario. Todo lo que sea en esas horas, será gente que viene a comprar alcohol", añade.
De esta forma, los vecinos no han pedido el cierre del establecimiento, sino más bien una limitación de las horas en las que se abre para evitar la presencia de personas en horas nocturnas. Según han relatado, el problema radica en el ruido y la suciedad que dejan los clientes que entran a comprar.
Además, algunos de los vecinos han explicado a este digital que el supermercado vende bebidas fuera del horario legal. En España, la legislación es clara: los establecimientos no pueden vender bebidas alcohólicas más allá de las 23:00 horas, algo que sí estaría sucediendo, según han denunciado.
Coches, música y basura
Según explican, al tratarse del "único supermercado que abre hasta esas horas" en la zona, algunos llegan en coches que dejan mal aparcados en la misma rotonda de la calle. La situación se agrava cuando entran a comprar, salen y se quedan dentro del vehículo mientras "consumen lo que hayan comprado con la música muy alta".
Además, los vecinos denuncian que los clientes del supermercado aprovechan que abre hasta la medianoche para comprar bebidas alcohólicas y hacer un botellón. "Muchos de ellos se quedan sentados en los bancos del paseo o en plena calle, lo que genera ruidos".
Más allá del ruido, uno de los problemas es la suciedad. "Dejan latas, envoltorios, botellas de alcohol, vasos y bolsas de patatas", explica uno de los vecinos. "El paseo queda lleno de basura. Cuando sales la mañana siguiente ves la calle llena de latas y el parking huele a orines", añade otra de las vecinas en declaraciones a Metrópoli.
Según relatan, las zonas más afectadas por las que se concentran para beber son el paseo Joan Vicenç Foix, la zona abierta de la nueva urbanización de Llevant y los alrededores del campo de futbol del barrio.
Gas de la risa
Otro de los problemas que denuncian es que los jóvenes que realizan botellones también consumen óxido nitroso, comúnmente conocido como gas de la risa.
Esta droga, que provoca un estado eufórico y alucinaciones, se ha popularizado entre la población joven. Su consumo es extremadamente peligroso, ya que puede generar riesgos para la salud, como daños en el sistema nervioso central y en los pulmones, pudiendo llevar incluso hasta la muerte.
Los vecinos que salen a pasear por la zona han asegurado haber encontrado botes que contienen este gas.
Más seguridad
Tras conocer las quejas, fuentes municipales han asegurado que recientemente el cuerpo de policía ha incrementado su presencia para reducir las molestias que denuncian los vecinos y controlar la venta de alcohol fuera de horas y a menores.
Pese a ello, los vecinos han explicado que los problemas de ruido no se han erradicado, aunque reconocen que "la policía pasa más". "No sé si de forma activa o reactiva tras recibir las llamadas de algún vecino", afirman.
Ante la persistencia de los hechos, los vecinos piden que se siga controlando la zona de forma continuada. "La presencia policial de un día no hace que cambie la dinámica el resto de días. En verano es necesaria una presencia diaria para evitar los ruidos", aseguran.
Vecinos sin paciencia
Los vecinos han explicado a Metrópoli que se ha llegado a una situación límite con los problemas que afectan a su día a día durante las noches de fin de semana. "No tendré la paciencia que tuve este verano. Esperaba una hora para llamar cuando los escuchaba, pero la policía tarda mucho en venir", asegura uno de los residentes próximos al comercio.
Pese a que han dirigido sus quejas al Ayuntamiento, los vecinos del barrio de Torre-roja aseguran a este diario que no han recibido ninguna respuesta y denuncian la falta de información. "No sé las medidas que toman porque nadie nos da ninguna información", explican.
Esquerra Republicana de Viladecans asegura que ha recogido numerosas quejas de las personas que viven en la zona. De hecho, el grupo presentó el problema en el pleno de septiembre y el Gobierno municipal aseguró que ya trabajaban en ello.