El pollo Pota Blava, una raza protegida

El pollo Pota Blava, una raza protegida Consell Regulador Pollastre i Capó del Prat

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De El Prat a Argentina y Uruguay: el pollo Pota Blava, la joya avícola que conquistó el mundo

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El Prat de Llobregat vuelve a convertirse en el epicentro de la avicultura catalana. El municipio acoge la tradicional Fira Avícola, que se celebra de forma ininterrumpida desde 1975 y que reivindica una raza de pollo única que se ha criado en el Delta del Llobregat: el Pota Blava.

Conocido por sus características patas de color azul pizarra, su plumaje leonado y su carne de sabor intenso, este pollo ha sido considerado uno de los más exclusivos de España. Criado de manera sostenible y al aire libre, bajo estrictas normativas de bienestar animal, el Pota Blava está reconocido con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la UE, que avala su origen y la calidad de su carne.

"Se trata de un producto de altísima calidad. Es un animal que vive unas seis o siete veces más que un pollo normal y que tiene mucha mejor alimentación", ha explicado Juan Ponce, gerente de la Granja Torres.
Raza de pollo Pota Blava de El Prat de Llobregat

Raza de pollo Pota Blava de El Prat de Llobregat AJ PRAT

Un crecimiento único

Esta pequeña granja se encarga de la cría y venta comercial de esta raza. Su cría se hace de la forma más natural posible: los animales tienen acceso al exterior y se respetan los tiempos naturales de su crecimiento. De hecho, esta última es una de las características que hacen del Pota Blava una especie única.
El pollo que se ha instalado en los supermercados se ha mezclado e hibridado con otras razas para "acelerar su crecimiento", mientras que los de la raza Prat se han mantenido "más cercanos al pollo salvaje". "Es uno de los pollos más tradicionales que te puedes encontrar en el mercado", asegura Ponce. 
Estas características hacen que tenga una "carne con mucho sabor propio". "Conviene trabajarla mucho, es parecido a la carne de caza. Tiene mucho sabor", ha añadido el gerente de la granja. 
La Fira Avícola en una imagen de archivo

La Fira Avícola en una imagen de archivo Ayuntamiento de El Prat de Llobregat

De El Prat de Llobregat a Argentina y Uruguay

Esta especie tiene una larga historia que se remonta al siglo XVI, cuando ya era una pieza clave en las masías del Delta. No obstante, no fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando la raza empezó a ser reconocida oficialmente gracias a los esfuerzos de pioneros de la avicultura como Salvador Castelló, que fijó las características que hoy definen al pollo de la raza Prat.

La buena calidad de la carne, su capacidad ponedora y su aspecto físico ayudaron a la expansión del Pota Blava. Rápidamente se extendió hacia las Baleares y el resto de la península. Además, llamó la atención de países más cercanos como Bélgica, Francia o Alemania.

La expansión de la raza Pota Blava no se limitó al mercado europeo. Su introducción en Sudamérica fue, como mínimo, destacable, especialmente en Argentina, Uruguay y Chile. A partir de 1910, cuando las primeras aves fueron enviadas a la Exposición del Centenario en Argentina, la raza comenzó a ganar terreno en el continente.

De hecho, en 1925, se registraron alrededor de 8.000 gallinas Pota Blava entre Argentina y Uruguay, donde los avicultores se mostraron entusiasmados con su rendimiento, especialmente en cuanto a la puesta de huevos. Algunos artículos de 1928 recogen que los agricultores propusieron renombrar la raza y llamarla "la catalana de la Plata", en referencia a la zona del río que baña estos dos países.

Las crías del Pota Blava

Las crías del Pota Blava Ayuntamiento El Prat de Llobregat

Grandes crisis

La popularidad de la raza Prat ha sufrido una trayectoria de subidas y bajadas. Pese a tratarse del gran producto que define e identifica la gastronomía del municipio, el Pota Blava también ha pasado por épocas de crisis en las que se puso en riesgo su supervivencia como raza única. 

Es el caso, en especial, de la década de los años 1960-1970. Tras su popularización por todo el mundo, el cierre de la Granja Avícola Prat tras la muerte del fundador, Josep Colominas en 1961, inició el declive de la raza, que vio como se ponía en riesgo su supervivencia. Solo los pequeños agricultores la mantuvieron viva en sus patios privados o terrenos para proveerse de un producto de primera calidad. 

No fue hasta mediados de la década de 1970 cuando se puso de relieve la necesidad de salvar la raza identitaria del territorio local de la auténtica desaparición. El 14 de diciembre de 1975 el consistorio organizó el "Segundo Concurso Exposición de raza catalana de El Prat" con el objetivo de hacer posible su continuidad, al menos, en el cultivo familiar. 

Ese primer intento tras años de olvido resultó ser todo un éxito. El año siguiente ya se celebró una feria con identidad propia que presentaba un cartel y una programación especial. Desde entonces, la feria se ha celebrado de forma ininterrumpida hasta este año, cuando se celebra la 51ª edición.

El Pota Blava, una raza única de El Prat de Llobregat

El Pota Blava, una raza única de El Prat de Llobregat Turisme Baix Llobregat

Riesgos de futuro

La supervivencia de este animal único tiene tres amenazas claras: la estacionalidad del consumo, el relevo generacional de los criadores y el tipo de producción. Eso sí, desde la Granja Torres lo tienen claro: "Mientras sigamos vivos, el Pota Blava seguirá existiendo". 

Tal como reflejan las fechas en las que se celebra esta feria, la carne del Pota Blava se ha consumido tradicionalmente los días más señalados de las festividades navideñas. Esto le ha convertido en un producto estacional que se consume en ocasiones especiales

"No es un pollo para el día a día. Es un pollo para disfrutar y tener un producto de altísima calidad en su mesa", asegura Juan Ponce, gestor de la Granja Torres. Es por ello que tienen claro que deben apostar por la calidad del producto. "Tenemos una producción muy pequeña de unos ocho o diez mil animales al año. Siendo el producto que es y con los costes que tiene, no podemos apostar por la cantidad, sino por la calidad que otros no tienen", ha asegurado Ponce. 
"Es una explotación pequeña y con un producto difícil de vender: de alta cocina y unos costes de producción elevados", añade.
La Fira Avícola de El Prat de Llobregat

La Fira Avícola de El Prat de Llobregat Turisme Baix Llobregat

Solución para garantizar el relevo generacional

Como toda actividad ganadera, el sector también pasa por un momento de envejecimiento de sus profesionales. La Asociación de Criadores hace años que reclama una solución para poder garantizar un relevo generacional que trabaje por el futuro de esta raza. 

Asimismo, la forma de criarlo es una de sus ventajas, pero a la vez uno de los riesgos. El proceso desde que nacen hasta que se matan es mucho más largo que los famosos pollos de supermercado: se crían durante un mínimo de 90 días y con una alimentación basada en un 65% de cereales, sin engorde excesivo ni aceleradores del crecimiento.

Para promocionar este emblema de la comunidad local, el Ayuntamiento de El Prat de Llobregat ha creado una fundación para preservar el Pota Blava. Verá la luz en esta feria, que llega a la 51ª edición. La inversión inicial es de 30.000 euros y el objetivo es implicar a más jóvenes que tomen el relevo de los productores más mayores.