El conflictivo B9 de Badalona satura a los vecinos del Remei: "Convivimos con delincuencia y armas"
Los residentes de la zona llevan años exigiendo una patrulla policial fija en el barrio y denuncian que el gobierno municipal no les dé soluciones
Noticias relacionadas
De "mal en peor". Los vecinos del industrial barrio del Remei, en Badalona, no pueden más. Sus residentes, especialmente los cercanos al okupado instituto B9, ya no saben qué hacer o decir para tener una convivencia tranquila en la zona, contigua a Sant Roc.
La gota que ha colmado el vaso ha sido, según han explicado estos vecinos a Metrópoli, una pelea multitudinaria que tuvo lugar el domingo, 1 de diciembre, sobre las 12:00 horas. Según testigos presenciales, los implicados eran los mismos okupas del centro educativo abandonado: decenas de hombres subsaharianos que se agredieron entre ellos con bates y machetes.
Un herido
Los Mossos d'Esquadra lo confirmaron a este medio. La batalla se saldó con un herido tras recibir una puñalada en la calle Alfons XII. Una ambulancia lo trasladó al hospital y los agentes detuvieron a una persona como presunta autora de los hechos por un delito de lesiones.
"Hemos normalizado este tipo de sucesos", lamentan los afectados ante estas batallas que se producen en unas vías que suponen la entrada y la salida al barrio.
"Nunca había estado así"
El B9 lleva pendiente de desalojo prácticamente todo el año. Pero los meses pasan y los problemas continúan. Los vecinos aseguran presenciar a diario todo tipo de trapicheos y actividades ilegales: tráfico de drogas, prostitución (incluso con menores), agresiones y amenazas. Incluso comentan que han visto
"Alfons XII nunca había estado como ahora. Hay contenedores en las aceras, coches con lonas que obstaculizan las aceras... Un descontrol y una suciedad que reina en toda la zona", narran, hartos, a este medio.
"No nos dan respuesta"
La exigencia de una patrulla policial fija no cesa. Tras las numerosas quejas, el gobierno municipal de Badalona les puso una: "Durante una hora al día y después de insistir y amenazar porque no podemos más", informan los residentes. Una medida que les parece del todo insuficiente.
"No nos dan ninguna respuesta de lo que está pasando. Esto se está convirtiendo en un gueto". Una degradación para la que ni siquiera la policía tiene solución: "Nos dicen que no pasemos por esas calles y ya está", dicen los afectados.
Necesario el derribo
Por su parte, el consistorio se encuentra atado de manos. El desalojo no se producirá hasta que se licite el derribo y se contrate a una empresa para que eche abajo el edificio. Es este, por lo tanto, el siguiente paso a dar, ya que la desokupación tiene el visto bueno judicial desde hace meses.
Fuentes municipales añaden que la Guardia Urbana hace una semana que tiene presencia estática en las horas más problemáticas. Una medida que continuará, dicen, porque no hay fecha señalada para que finalice.