Mura
Las cuevas naturales a una hora de Barcelona que se podrán visitar desde este sábado: en un precioso pueblo medieval
La visita guiada permitirá adentrarse en un entorno único, lleno de formaciones geológicas sorprendentes y una fauna que solo habita en este rincón de Cataluña
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El Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac abre al público, desde este sábado, una de sus cavidades subterráneas más espectaculares: una cueva de 160 metros de longitud situada en el encantador pueblo medieval de Mura, a apenas una hora de Barcelona.
La visita guiada permitirá adentrarse en un entorno único, lleno de formaciones geológicas sorprendentes y una fauna que solo habita en este rincón de Cataluña.
Rutas hasta fin de temporada
La ruta comienza en el Centre d’Informació de Mura a las 10:45 h y se realiza los fines de semana y festivos hasta final de temporada.
El recorrido incluye una caminata de una hora por senderos de dificultad media, con vistas privilegiadas del paisaje del parque. Durante el trayecto, una guía experta explica la historia, geología y biodiversidad del entorno.
Cueva de Mura
Ya dentro de la cueva, donde solo se puede acceder acompañado por guía, la visita dura unos 20 minutos.
Hogar de especies poco comunes
En sus paredes se pueden observar estalagmitas, estalactitas y, sobre todo, las cristalizaciones plomosas de aragonito, un mineral que solo se encuentra en esta zona de Cataluña.
Cueva de Mura
Además, la cueva es hogar de especies poco comunes. En invierno, varias especies de murciélagos se refugian en su interior, y también alberga un escarabajo endémico que solo vive en algunas cuevas de los macizos de Sant Llorenç y Montserrat.
La actividad tiene un coste de 6 euros para adultos y 4 euros para niños (de 6 a 12 años) y mayores de 65 años.
Imprescindible reservar
Es imprescindible reservar previamente y llevar calzado adecuado, linterna frontal, agua y una prenda de abrigo, ya que la temperatura en el interior es de unos 12 °C.
Para completar la experiencia, se recomienda visitar el Torrent de les Comes, un arroyo que cruza el pueblo y que, tras las lluvias, forma cascadas y pozas de gran belleza.
Una oportunidad perfecta para descubrir la historia, naturaleza y magia de uno de los pueblos con más encanto del entorno barcelonés.
