La AWAMI de la esquina de Joan XXIII, al límite con Badalona

La AWAMI de la esquina de Joan XXIII, al límite con Badalona METRÓPOLI

Gran Barcelona

Sant Adrià de Besòs se llena de salones de uñas, fruterías y bazares: 18 negocios en cuatro calles

El Ayuntamiento suspende nuevas licencias para fruterías, centros de uñas, supermercados 24 horas y tiendas de reparación de móviles ante la saturación comercial en varias calles del municipio

La medida: Veto a los supermercados, fruterías y negocios de uñas en Sant Adrià: Filo Cañete suspende las licencias de actividad

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Un paseo por las calles de Sant Adrià de Besòs revela un fenómeno cada vez más difícil de ignorar: la repetición de un mismo tipo de negocio en apenas unas manzanas.

Fruterías, supermercados 24 horas, bazares, centros de estética y tiendas de ropa low cost copan los bajos comerciales de zonas como la avenida Joan XXIII --compartida con Badalona-- y la avenida Catalunya. En total, según se ha cerciorado Metrópoli, al menos 18 establecimientos de este tipo --sin contar otros similares como bazares o tiendas de ropa de origen asiático-- conviven en apenas unos metros, desplazando poco a poco al comercio de proximidad.

Una tienda de reparación de móviles en la avenida Catalunya de Sant Adrià

Una tienda de reparación de móviles en la avenida Catalunya de Sant Adrià METRÓPOLI

Suspensión de licencias

El ayuntamiento de Filo Cañete se dio cuenta de la situación. No quiso ser otro Artigues y decidió hace unos días suspender las licencias para nuevos establecimientos de este tipo.

La medida, que aún no ha sido publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOP), afectará durante un año --prorrogable a dos-- a futuras fruterías y verdulerías, negocios de uñas o pestañas, supermercados tipo 24 horas y a los establecimientos de reparación de móviles o tablets.

Un salón de uñas en la avenida Catalunya de Sant Adrià

Un salón de uñas en la avenida Catalunya de Sant Adrià METRÓPOLI

Un eje comercial copado

El consistorio ha querido actuar en unos puntos clave que conforman el eje comercial del centro de Sant Adrià. Joan XXIII, Santa Caterina, avenida Catalunya y Bogatell. Se pretende diversificar la actividad, aunque el panorama actual no sea muy esperanzador.

Joan XXIII es complicada. La avenida tiene partes comunes con Badalona y el primer negocio que aparece en la esquina adrianense, frente a la parada de metro de Artigues-Sant Adrià, es una AWAMI (específicamente de fruta).

Ya famosas en el municipio vecino, las AWAMI son conocidas por la multitud de problemas de convivencia que generan: desde ocupación de carriles de circulación hasta enganches fraudulentos a la luz de las comunidades aledañas o insalubridad.

Fruterías y tecnologías

A partir de ahí, bazares y bares. Aunque la suspensión de licencias no afectará a estos negocios, lo cierto es que difuminan la fotografía comercial. En toda la vía, se contabilizan tres fruterías y tiendas de alimentación. También asoma otra, asiática, en Andreu Soler, junto a la comisaría de Policía Nacional (CNP).

Una frutería en la avenida Catalunya de Sant Adrià

Una frutería en la avenida Catalunya de Sant Adrià METRÓPOLI

Además, también hay un establecimiento de reparación de móviles: Kashmir Mòbil. A pocos metros entre ellas, cadenas como Papa Johns, restaurantes chinos, pakistanís y tiendas de ropa orientales.

Ya en Santa Caterina, los negocios se vuelven más familiares: el centro médico Mesro, la estética Meravelles, un taller de motos. Aunque hace unos años hubo una pérdida fundamental: el restaurante gallego Anduriñas, que hoy está en manos de ciudadanos chinos.

Negocios de uñas

En la avenida Catalunya, más de lo mismo. Es la principal vía comercial, pero los bares proliferan. La calle cuenta con tres salones de uñas (cuatro si se añade el de la plaza del Mercat), cinco fruterías y dos establecimientos de tecnología. También un supermercado 24 horas.

La calle Bogatell de Sant Adrià

La calle Bogatell de Sant Adrià METRÓPOLI

En la calle Bogatell, además, hay otras dos estéticas en las que se realizan manicuras y pedicuras, junto al Mercat Municipal. En la parte de la vía que va hacia el barrio de Sant Joan Baptista, antes de la C-31, se puede encontrar otro supermercado 24 horas --el Ali Baba Supermercat--.

Un "equilibrio de usos"

Desde el consistorio se ha informado a este medio de que el concepto de la medida es el mismo que el que Barcelona instauró en Ciutat Vella para frenar las tiendas cannábicas y de fundas de móviles y los salones de uñas.

Eso sí, en este caso local, no tanto por razones de turismo --que en parte también--, sino por la "proliferación del tipo de actividad que, además, va en detrimento de otros tipos de comercio de proximidad". Se quiere así equilibrar usos y no fomentar el monocultivo de actividades.

La avenida Catalunya de Sant Adrià

La avenida Catalunya de Sant Adrià METRÓPOLI

Jóvenes emprendedores

El problema va más allá de la estética urbana o del déjà vu comercial. La saturación de negocios repetidos tiene impacto en el tejido económico local: los pequeños emprendedores con propuestas distintas se ven desincentivados ante la falta de diversidad y las dificultades para competir en precio con cadenas o modelos de bajo coste. 

Aún así hay algunos supervivientes que logran salir adelante frente a las grandes cadenas y a los inversores. "Tartas Bastante Majas" es el ejemplo de una joven emprendedora de 28 años que ha creado un imperio del dulce y que recientemente ha ampliado su negocio en la calle Bogatell.

También Alba, otra joven que estudió en Badalona, ha montado su propio negocio en la misma vía, Estètic Belia

Un modelo similar en el área metropolitana

Lo que ocurre en Sant Adrià no es un caso aislado. Ciudades vecinas como L’Hospitalet de Llobregat, Badalona o Santa Coloma de Gramenet presentan patrones similares, donde los bajos comerciales de barrios obreros han sido colonizados por negocios repetidos con estructuras muy parecidas.

Así, la situación actual plantea un dilema: cómo recuperar un tejido comercial diverso y sostenible en barrios donde el monocultivo comercial ya está muy consolidado. Algunos urbanistas apuntan a la necesidad de incentivar el alquiler a emprendedores locales con propuestas diferenciadas, aplicar bonificaciones fiscales o incluso establecer límites por usos comerciales en función del número de negocios existentes en cada zona.

Mientras tanto, la realidad diaria en calles como Joan XXIII o la avenida Catalunya continúa: escaparates casi idénticos, luces LED y carteles de frutas a granel donde antes había variedad.