
Sallent
El pueblo a menos de una hora de Barcelona donde nació Joan Garcia: famoso por sus rutas de senderismo y su pasado medieval
Sallent, en el Bages, combina patrimonio histórico, naturaleza y tradición festiva. Fue también el epicentro de la minería de potasa en Catalunya y un bastión del anarquismo
Este pueblo de Barcelona busca vecinos: ofrece vivienda gratis y trabajo para salvar un negocio
Noticias relacionadas
Sallent, una villa con menos de 7.000 habitantes en el corazón del Bages, ha saltado al foco mediático tras el fichaje de Joan Garcia por el FC Barcelona.
El joven portero, nacido en esta localidad a orillas del Llobregat, inició su carrera en el CE Sallent antes de dar el salto al fútbol profesional.
Pero más allá de su hijo ilustre, este pueblo a menos de una hora de Barcelona encierra un legado histórico, natural e industrial que lo convierte en una escapada con personalidad propia.
Un casco antiguo con huella medieval
Fundada en época medieval y documentada desde el siglo XIII como posesión del obispado de Vic, Sallent conserva un centro histórico que es un viaje en el tiempo.
Calles como la del Clos, el puente Viejo sobre el Llobregat o la imponente Casa Gran permiten intuir el trazado original de la villa, que creció junto a la desaparecida iglesia románica de Santa Maria.

Imagen panorámica de Sallent
La historia se palpa en cada rincón. El castillo de Sallent y la rotonda románica de Sant Sebastià, considerada la mayor de Catalunya, conviven con casales barrocos y vestigios de la revolución industrial como chimeneas y naves textiles reconvertidas. También pueden visitarse joyas románicas como Sant Pere de Serraïma o Santa Maria de Cornet.
De los sants a los anarquistas
Pocos pueblos catalanes resumen con tanta intensidad la historia de los siglos XVIII al XX. Sallent fue incendiada durante la Guerra de Sucesión por tropas borbónicas —se contabilizaron 83 muertos y 25 sallentinos— y más adelante se convirtió en un foco obrero clave.
Aquí se instaló el primer telar mecánico del Estado (1826), se vivieron huelgas pioneras y se organizaron protestas como la del 1 de mayo de 1893, prohibida en Manresa.
El republicanismo caló hondo en la población, especialmente de la mano del pedagogo libertario Joan Puig Elias, impulsor de escuelas racionalistas.

Puente de Sallent
Durante la Segunda República y la Guerra Civil, Sallent fue uno de los grandes bastiones anarquistas de Cataluña, con una intensa actividad de la CNT, la FAI, la UGT y la Unió de Rabassaires.
Minas, paisaje y conflicto ambiental
El subsuelo de Sallent esconde un pasado marino de hace 60 millones de años. De ahí su riqueza en sales potásicas, que comenzó a explotarse industrialmente en los años 30 del siglo XX.
La actividad minera transformó por completo el paisaje y la estructura social del pueblo, atrayendo a miles de trabajadores del sudeste peninsular. En la década de 1960, la población superaba los 9.000 habitantes.
Sin embargo, la acumulación de residuos y la contaminación de las aguas generaron un largo conflicto judicial.
En 2015, el Tribunal Supremo anuló la autorización ambiental de la montaña del Cogulló, aunque el cierre efectivo de la mina no llegó hasta 2020.
Hoy, los servicios y la industria —aún con fuerte presencia de empresas vinculadas a la potasa— son los pilares económicos. Sallent cuenta con tres polígonos industriales y mantiene su tradicional mercado dominical.
Las Enramades, tradición desde 1325
Entre sus múltiples fiestas, destacan las Enramades, declaradas Fiesta Tradicional de Interés Nacional. Se celebran desde hace siete siglos y se vinculan al Corpus, con calles decoradas y elementos satíricos que retratan personajes históricos o locales.
También son populares el Carnaval, uno de los más multitudinarios de la Catalunya Central, y la Festa Major en septiembre.
Además, Sallent fue declarada en 1985 la Primera Ciudad Gegantera de Catalunya, y este 2025 ha acogido la XXV Trobada Comarcal de Gegants del Bages-Berguedà.
Senderismo y rutas naturales
Quienes busquen una escapada natural encontrarán en Sallent varias rutas de senderismo con vistas al río Llobregat, al parque fluvial y a los humedales de la Corbatera, donde también se ubica un centro ornitológico de referencia. Integrado en la ruta de los íberos, el poblado del Cogulló es otro de los reclamos arqueológicos que se pueden visitar.