
Mauri Bosch, un agricultor del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
Tensión entre los agricultores por la ampliación del aeropuerto de Barcelona: una ‘amenaza’ para los cultivos del Parc Agrari
Unió de Pagesos teme que las compensaciones ambientales podrían acabar afectando tierras cultivadas si no se encuentran suficientes zonas alternativas
El Barça ‘complica’ las compensaciones ambientales de Illa por la ampliación del aeropuerto de Barcelona
Las compensaciones ambientales derivadas de la ampliación del aeropuerto de Barcelona han puesto contra las cuerdas a la Generalitat. Para poder extender la tercera pista del aeródromo, el Govern debe garantizar las hectáreas de ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) prometidas hace cuatro años por el Ejecutivo de Pere Aragonès.
Una tarea que no está resultando nada fácil y cuyo desenlace inquieta a los agricultores con terrenos en los alrededores del aeródromo.
Zonas en desuso
En un primer momento, la Generalitat ha puesto el foco en zonas naturales en desuso para cumplir con las 270 hectáreas protegidas que se exigen como compensación por la ampliación de El Prat. Una de las fincas señaladas es la de Els Reguerons, en Viladecans, que abarca 272.130 metros cuadrados.
El inconveniente es que estos terrenos son propiedad del FC Barcelona, y el club no está dispuesto a cederlos a la Generalitat tan fácilmente. “Estamos en medio de conversaciones, pero es muy pronto para saber cómo acabarán”, han señalado fuentes internas del Barça consultadas por Metrópoli.

Un avión sobrevolando la zona ZEPA del Delta de Llobregat
Entonces, ¿qué otras opciones tiene la Generalitat? Salvador Illa prometió no tocar las zonas agrarias en explotación y utilizar únicamente aquellas que están abandonadas. Pero, ¿qué ocurrirá si esas superficies no son suficientes?
Cultivos amenazados
La voluntad de Viladecans, que posee un 16 % de los terrenos aeroportuarios, es firme en cuanto a la preservación del suelo agrario, tal como han señalado desde el Ayuntamiento a este digital. Además, lamentan que la ampliación de la ZEPA hasta las 2.407 hectáreas fue una decisión “precipitada y no consensuada con los municipios afectados”.
De hecho, junto con Gavà y Sant Boi de Llobregat, el municipio ha exigido en más de una ocasión la suspensión del proyecto de ampliación de la ZEPA.

Un avión en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Barcelona, junto al Delta del Llobregat
Unió de Pagesos también considera que la medida fue “exagerada” y teme que ahora pueda repercutir negativamente con la pérdida de cultivos. “De momento, la Generalitat se ha comprometido a que esto no ocurra, pero siempre existe el miedo”, expresa Germán Domínguez, coordinador territorial del sindicato, a este medio.
Los agricultores son conscientes de que los números prometidos por Aragonès “tienen que salir sí o sí”, aunque confían en que no sea necesario sacrificar sus parcelas.
Reunión con la Generalitat
El pasado 19 de junio, representantes de la Unió de Pagesos se reunieron con los departamentos de Territori y Agricultura de la Generalitat para conocer los planes de expropiación que Aena plantea como compensación ambiental por las cerca de 27 hectáreas que ocupará con la ampliación en las zonas de La Ricarda y El Remolar.
Durante el encuentro, los responsables del Govern trasladaron al sindicato que “en ningún caso se tocará suelo agrícola o productivo”.
Sin embargo, desde la Unió de Pagesos advierten que las administraciones no supieron concretar dónde se encuentran esos terrenos alternativos ni si existen realmente parcelas de esa magnitud.
“Nos expresaron dudas sobre si podrán encontrarlos”, afirman desde la organización agraria, que se mantiene firme en su rechazo a la ampliación del aeropuerto por el impacto que podría tener sobre las tierras agrícolas del entorno.
Sin compensaciones económicas
Desde la Unió de Pagesos recuerdan que las compensaciones económicas vinculadas a la primera ampliación de la ZEPA todavía no se han ejecutado. “Reclamamos que primero se resuelva lo pendiente antes de abordar una nueva ampliación”, insisten desde el sindicato.

Terrenos privados del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
Además, muestran su rechazo a ella basándose en la experiencia previa con los cultivos de cereal, menos exigentes que la horticultura. “Con la ZEPA ya vimos dificultades incluso con cereales, así que aplicarla al cultivo de hortalizas nos parece aún más inviable”, alerta Domínguez a este diario.