Vistas de Alella en una imagen de archivo

Vistas de Alella en una imagen de archivo FLICKR

Gran Barcelona

Este es uno de los pueblos más emblemáticos del Maresme: a 20 minutos de Barcelona, con un entorno natural privilegiado y cerca del mar

El municipio de Alella, tierra de vinos y buena gastronomía, se alza como una de las joyas rurales del litoral barcelonés

La playa con kilómetros de arena que National Geographic reconoce como una de las mejores de Catalunya: a media hora de Barcelona

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A solo 20 minutos en coche desde Barcelona, se encuentra uno de los pueblos más especiales del Maresme.

Hablamos de Alella, una localidad con encanto que combina mar, montaña, tradición vinícola, arquitectura histórica y una creciente oferta gourmet que la ha convertido en destino de referencia para escapadas tranquilas sin renunciar a los placeres de la buena vida.

Viñedos de Alella sobre el mar Mediterráneo

Viñedos de Alella sobre el mar Mediterráneo DIPUTACIÓN DE BARCELONA

Un entorno natural privilegiado

Con una extensión de apenas 9,59 km² y una población cercana a los 10.000 habitantes, Alella se sitúa entre la cordillera de Sant Mateu y el mar Mediterráneo.

Este enclave le otorga un carácter único, rodeado de naturaleza y a escasos minutos de las playas del Masnou.

Vistas del mar desde Alella / SHUTTERSTOCK

Vistas del mar desde Alella / SHUTTERSTOCK

La riera de Alella, formada por la unión de las de Coma Clara y Coma Forca, desemboca en el litoral y refuerza la conexión del municipio con el agua.

Además, se encuentra muy próximo a espacios naturales protegidos como el Parque de la Serralada de Marina y el Parque de la Cordillera Litoral, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes del senderismo, las caminatas entre viñedos y las actividades al aire libre.

Tierra de vinos con historia

Uno de los grandes atractivos de Alella es su tradición vinícola. Aquí se produce vino desde tiempos romanos y, en la actualidad, el municipio alberga la Denominación de Origen Alella (DO Alella), la más pequeña de España, con apenas 500 hectáreas de viñedos.

Su uva insignia, la Pansa Blanca, da lugar a vinos blancos frescos, aromáticos y con una acidez equilibrada, perfectos para maridar con la gastronomía mediterránea.

Una viña de Alella

Una viña de Alella FLICKR

Una visita obligada es la bodega Alella Vinícola Celler, que ofrece visitas guiadas, catas y experiencias enoturísticas que permiten descubrir todo el proceso de elaboración del vino y degustar sus mejores productos.

Alella, destino gastronómico destacado

Su estrecha relación con el mundo del vino ha favorecido el crecimiento de una escena culinaria que no pasa desapercibida.

El restaurante Can Balcells, en Alella.

El restaurante Can Balcells, en Alella. Can Balcells

De hecho, National Geographic ha señalado Alella como el mejor pueblo de Barcelona para comer. Un reconocimiento que se apoya en propuestas como la del restaurante Can Balcells, ubicado en el hotel boutique Arrey Alella, dentro de una antigua casa modernista.

Este establecimiento es conocido por su cocina de proximidad, con especialidades como los arroces de senyoret o mar y montaña, pescados frescos de lonjas cercanas y platos de carne como el solomillo de vaca vieja o el lomo bajo de buey.

Patrimonio y cultura local

La iglesia de Sant Feliu, construida sobre un templo románico, es otro de los imprescindibles del municipio.

Ampliada en el siglo XV y renovada en el XVII, destaca por su fachada barroca y los restos originales del campanario.

También merece una visita la Masía-Museo Can Magarola, una antigua masía fortificada que hoy es sede de la DO Alella y fue, durante un tiempo, el museo municipal.

El edificio está catalogado como bien cultural de interés local y conecta el pasado agrícola del municipio con su presente vinícola.

El Maresme: un paraíso gastronómico cercano

Alella forma parte del Maresme, una comarca famosa por sus productos agrícolas de calidad, como el tomate de Premià del Mar, el guisante garrofal de Llavaneres, las acelgas de Mataró o los pimientos de Vilassar de Mar.

Toda una despensa natural que alimenta la cocina de proximidad que reina en muchos de sus restaurantes.