Edificios del barrio de La Mina

Edificios del barrio de La Mina METRÓPOLI

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Pacto de paz entre familias gitanas de La Mina tras meses de tensión por un tiroteo

Los García Cortés y los Cascabeles protagonizaron en enero una viral trifulca con armas de fuego: esta semana han sellado la reconciliación con un apretón de manos tras una mediación del consejo de ancianos

Sobre el conflicto: La Mina, en el punto de mira tras el último tiroteo: sin detenidos y sin mediación

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Paz en el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs. Tal y como ha podido saber Metrópoli, las familias gitanas enfrentadas que protagonizaron en enero un tiroteo han alcanzado un acuerdo.

El conflicto, que había generado un clima de tensión en el barrio durante meses, se ha resuelto gracias a la mediación del consejo de ancianos gitanos del municipio, una figura con fuerte arraigo dentro de la comunidad.

Apretón de manos

Y es que la reconciliación se ha producido esta semana en la calle Venus. Según han explicado a este medio desde el mismo consejo, representantes de ambas familias -- de los García Cortés y los Cascabeles-- se dieron la mano en un gesto público de distensión, con la presencia de los más ancianos, que actuaron como garantes del pacto.

Desde entonces, la situación en la zona se ha estabilizado y no se han producido nuevos episodios violentos.

El origen del conflicto

El tiroteo que originó el enfrentamiento tuvo lugar el 7 de enero de este año. En plena calle Venus, los dos grupos se enzarzaron en un intercambio de disparos que acabó con cerca de 200 vainas desperdigadas por la calle.

Se emplearon, de hecho, distintas armas de fuego en el enfrentamiento, entre pistolas y escopetas.

Dispositivo policial en La Mina tras el tiroteo del martes, 7 de enero

Dispositivo policial en La Mina tras el tiroteo del martes, 7 de enero SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

El origen de todo fue un primer altercado entre menores de ambas familias que acabó descontrolándose. Afortunadamente, la única herida no grave fue una mujer que recibió el impacto de una de las balas de rebote.

Once detenidos

La magnitud del suceso fue tan violenta que los Mossos d'Esquadra blindaron La Mina durante semanas. Estáticos o móviles, tanto agentes de Seguridad Ciudadana como del Àrea Regional de Recursos Operatius (ARRO) controlaron durante días los accesos y las calles del barrio para evitar que el episodio se repitiera.

Y en marzo, dos meses después del tiroteo, tuvo lugar el gran golpemás de 350 agentes de distintas unidades centrales y de la Región Policial Metropolitana Norte irrumpieron en la zona para realizar un macrodispositivo contra el tráfico de drogas e identificar y detener a los presuntos autores de la dantesca escena.

Aquel movimiento se saldó con 11 detenidos --entre ellos 10 de las personas identificadas por haber disparado aquella noche-- y la incautación de 10 armas de fuego, la gran mayoría escopetas y alguna pistola.

El papel del consejo de ancianos

Medio año después, parece que las aguas han vuelto a su cauce. El consejo de ancianos --formado por personas mayores con autoridad moral dentro de la comunidad-- ha sido clave en la resolución del conflicto.

A través de conversaciones discretas y apelando a los códigos de respeto propios de su cultura, lograron juntar a las dos familias enfrentadas y facilitar un acuerdo.

Dispositivo policial en La Mina tras el tiroteo del martes, 7 de enero

Dispositivo policial en La Mina tras el tiroteo del martes, 7 de enero SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Un gesto cargado de simbolismo

El acuerdo, de carácter informal pero respetado dentro de los códigos gitanos, se considera firme mientras no se produzcan nuevos desencuentros graves.

El consejo de ancianos, por su parte, ha advertido que no permitirá nuevas rupturas del pacto y mantendrá su labor de mediación activa.