Faro de Calella, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya

Faro de Calella, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya Turisme Maresme

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El faro más antiguo de Catalunya está a una hora de Barcelona: vistas espectaculares de la Costa Brava y lleno de historia

El Faro de Calella está en funcionamiento desde 1859 y con los años se ha convertido en un mirador natural privilegiado con panorámicas que se extienden desde las playas del Maresme

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A apenas una hora de Barcelona, sobre un acantilado del Maresme, se alza uno de los símbolos más emblemáticos del litoral catalán: el Faro de Calella. No solo es el faro en activo más antiguo de Catalunya, inaugurado en 1859, sino también un mirador natural privilegiado con panorámicas que se extienden desde las playas del Maresme hasta la Costa Brava.

Pasado y presente

El proyecto del faro comenzó el 9 de octubre de 1856, a cargo del ingeniero Marià Parellada, quien edificó la estructura en un lugar donde anteriormente se erigía una torre medieval de vigilancia contra los ataques de piratas.

Tres años después, el 15 de diciembre de 1859, el Faro de Calella fue inaugurado, marcando su primera luz como guía para los navegantes nocturnos.

Torre del Faro de Calella, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya

Torre del Faro de Calella, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya AJ Calella

Desde entonces, su evolución técnica ha sido notable: originalmente funcionaba con aceite a presión, luego aceite de oliva, parafina y petróleo; en 1927 fue electrificado y recibió un nuevo aparato óptico procedente de las Islas Medas.

Actualmente, sus destellos alcanzan hasta 35 millas náuticas, emitiendo una secuencia característica de luz en intervalos de 30 segundos.

Un mirador secreto

Situado a unos 50 metros sobre el nivel del mar, el faro goza de una posición privilegiada que permite contemplar un horizonte casi infinito desde el Maresme y las playas cercanas hasta los acantilados de la Costa Brava. En días claros, incluso se distingue la silueta de Montjuïc, al sur.

El ascenso desde el centro de Calella es parte del encanto: un breve paseo entre pinos y miradores que anticipa la recompensa visual. Una vez en la cima, el mediterráneo despliega todos sus matices, especialmente al atardecer, momento en el que se crea una atmósfera mágica.

Faro de Calella al atardecer, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya

Faro de Calella al atardecer, el más antiguo en funcionamiento de Catalunya Calella Film Office

Fácil accesibilidad

Llegar desde Barcelona es sencillo: basta tomar la línea de tren R1 de Rodalies desde la estación de Sants o paseo de Gràcia con dirección a Maçanet-Massanes. En menos de una hora se llega a Calella; desde allí, un paseo de unos 10 minutos conduce al faro, siguiendo las indicaciones del camino.

Como colofón perfecto, durante el verano, se puede bajar hasta la cala de Les Roques –justo bajo el acantilado– para un baño tras la visita.

Patrimonio, cultura y paisaje

Además de su función náutica, el Faro de Calella es un símbolo que refleja la historia costera catalana y la evolución tecnológica, desde una torre medieval hasta un faro moderno en funcionamiento.

Su entorno también es rico en patrimonio: en la misma zona destaca la existencia de Las Torretes, antiguas torres ópticas del siglo XIX usadas para transmitir señales visuales, hoy restauradas como vestigios protegidos.

Las Torretes, antiguas torres ópticas del siglo XIX en Calella

Las Torretes, antiguas torres ópticas del siglo XIX en Calella Wikipedia

Este enclave se convierte, así, en destino idóneo para una escapada que combina historia, cultura, naturaleza y vistas imposibles de olvidar.