Cuando se habla de pisos de lujo en Catalunya, muchos piensan automáticamente en el Paseo de Gràcia, las calles de Sant Gervasi o en Pedralbes. El prestigio de estas zonas de la capital catalana, donde han residido grandes personalidades del país, ha hecho que gocen de una popularidad y fama inigualables.
Sin embargo, la realidad sorprende: la calle más cara del país no se encuentra en Barcelona, sino en la avenida Supermaresme, en Sant Andreu de Llavaneres, un municipio costero del Maresme.
Según el último estudio de Idealista, las propiedades de esta vía superan, de media, los 9 millones de euros.
Mar y tranquilidad
La avenida Supermaresme atraviesa una urbanización exclusiva, repleta de chalets y casas unifamiliares con amplios jardines y acceso directo a zonas verdes.
Las vistas al mar y la proximidad a núcleos urbanos como Mataró y Barcelona convierten esta zona en un símbolo de lujo y tranquilidad. De hecho, el año pasado esta calle ya encabezaba el ranking catalán, demostrando que su popularidad entre compradores con alto poder adquisitivo se mantiene.
La calle Supermaresme en Sant Andreu de Llavaneres
Podio
La medalla de plata del mercado catalán de lujo sí se encuentra en Barcelona: la avenida Pearson, en el barrio de Pedralbes, donde las propiedades superan los 6,5 millones de euros.
El tercer puesto del ranking se sitúa en la costa, concretamente en el paseo marítimo de Sitges, con precios que superan los 5 millones de euros.
Esta jerarquía evidencia que, aunque Barcelona concentra barrios emblemáticos y colegios privados de prestigio, la exclusividad inmobiliaria puede desplazarse a municipios más tranquilos y abiertos, donde personas con alto poder adquisitivo ven la posibilidad de vivir alejados del bullicio urbano.
La vivienda
Los precios de los que se habla en el estudio sobre estos barrios de Barcelona contrasta con la diferencia de precios que viven en algunas zonas con menor poder adquisitivo de la capital catalana,
Alejados de los récords históricos de venta de mansiones, otros barrios y municipios luchan por garantizar vivienda asequible y derechos básicos a una población cada vez más diversa y heterogénea. Estos datos muestran la dualidad del mercado inmobiliario: élite y lujo por un lado, desigualdad y falta de techo por el otro.
Una entrada a una de las casas de Sant Andreu de Llavaneres
El aumento de personas sin hogar y la dificultad para acceder a vivienda asequible son problemas que persisten en zonas históricas de la ciudad. Así, la burbuja del lujo y la desigualdad conviven de manera paralela.
Málaga, a la cabeza
A nivel estatal, la avenida Supermaresme ocupa la segunda posición, solo por detrás de Coto Zagaleta, en Benahavís (Málaga), donde los inmuebles rondan los 12,4 millones de euros. Entre las diez calles más caras del país también aparecen Marbella, Palma y Andratx, confirmando que la combinación de costa, exclusividad y urbanizaciones privadas define el mercado inmobiliario de élite español.
Esta concentración de precios altos en zonas muy concretas refleja tanto la demanda de compradores nacionales y extranjeros como la limitada oferta de residencias de lujo.
En este contexto, municipios como Sant Andreu de Llavaneres se convierten en enclaves estratégicos para quienes buscan exclusividad sin renunciar a la proximidad de Barcelona, aunque la ciudad sigue siendo el epicentro económico y cultural de Catalunya.