El polvorín del conflictivo B9 de Badalona: Las favelas de Brasil son clase media al lado de esto

El "polvorín" del conflictivo B9 de Badalona: "Las favelas de Brasil son clase media al lado de esto" CEDIDA

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El "polvorín" del conflictivo B9 de Badalona: "Las favelas de Brasil son clase media al lado de esto"

Los vecinos no desisten y denuncian acoso, enfrentamientos, trapicheos y una insalubridad extrema en torno al bloque okupado más peligroso de Badalona

Más: Los vecinos del Remei de Badalona ya alertaron en agosto sobre el brote de tuberculosis en el B9 okupado

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Que el B9 okupado de Badalona está en boca de todos es una realidad. Y que en su interior --y alrededores-- pasan muchas más cosas de las que salen a la luz, también.

En esta espiral de violencia, los vecinos no cesan sus quejas sobre el espacio, que mantiene en un sinvivir a vecinos del Remei y una parte de Sant Roc.

Tal y como los afectados han explicado a Metrópoli, hace apenas una semana tuvieron que enfrentarse a uno de los okupas del antiguo instituto. El enfrentamiento, grabado en vídeo, refleja la tensión que se vive en la zona, donde este individuo lleva tiempo "acosando a chicas jóvenes y chavales que pasan hacia el metro", han detallado los residentes.

"Se hace pasar por enfermo mental"

Según han relatado las mismas fuentes vecinales, uno de estos individuos se hace pasar por enfermo mental para justificar sus altercados.

“Lo llevan a psiquiatría cuando lo detienen, porque lo que busca es que le den una paga”, explican, describiéndolo como alguien que provoca broncas con total impunidad.

Marihuana, aguas fecales y locales tapados

El B9 y su entorno inmediato son descritos por los vecinos como un auténtico laberinto donde “por donde fueras huele a marihuana”.

En su interior proliferan prostitución, talleres improvisados y trapicheos de todo tipo, mientras que la insalubridad se convierte en parte del paisaje: aguas fecales a la vista, grifos abiertos todo el día y menores creciendo en un entorno degradado.

“Lo que había ahí hace que las favelas parezcan de clase media”, resume un vecino, que asegura que dentro se montan bares improvisados, con hombres fumando y bebiendo a todas horas, junto a mujeres embarazadas y niños pequeños.

Otro peligroso asentamiento

Los ocupantes del B9 no se limitan a este bloque. También se mueven por calles Primavera y Guifré. Concretamente, en la esquina donde operaba hasta hace pocos años la compañía eléctrica SIMSA.

Allí, describen los usuarios, el bloque entero está okupado por decenas de migrantes de todas partes de España, incluso de Andalucía. Un edificio, dicen, conectado por pasadizos subterráneos con el B9, según las mismas fuentes.

En uno de los espacios incluso cuelga un saco de boxeo, que se utiliza para entrenar.

La actividad no cesa de día ni de noche: mientras que a plena luz del día se multiplican las broncas y el trapicheo menor, a partir de medianoche llegan coches de alta gama por la calle Alfons XII, lo que hace sospechar a los residentes de la existencia de un negocio mucho más lucrativo.

Proveedores y silencios políticos

El trasfondo económico va más allá de la droga: las familias de etnia gitana de la zona serían los principales proveedores y compradores de material robado, como baterías de coches, adquiridas a cambio de unos cuantos euros.

Los vecinos recuerdan que, antes de que Xavier García Albiol recuperara la alcaldía, “gobernaban cinco partidos y nadie hizo nada”, lamentando la inacción institucional ante un problema enquistado que hoy sigue marcando la convivencia.