El artista Alizz en una imagen de archivo de sus redes sociales

El artista Alizz en una imagen de archivo de sus redes sociales @alizzz

Gran Barcelona

Alizz, de Castelldefels a los escenarios: "No todo pasa en Barcelona, hay mucho talento en el Baix Llobregat"

El músico y productor, lejos de arrastrarse por el éxito, sigue encontrando su lugar en su ciudad natal, donde todavía vive y de la que presume con orgullo 

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Cristian Quirante Catalán (Barcelona, 1984), conocido artísticamente como Alizz, podría presumir de haber trabajado con los nombres más importantes de la música en español: Rosalía, C. Tangana, Amaia, Aitana o Lola Índigo, entre muchos otros.

Ha ganado un Grammy Latino por El Madrileño, álbum de C. Tangana, y ha firmado canciones que ya forman parte del pop contemporáneo.

Sin embargo, lejos de dejarse arrastrar por el vértigo del éxito, Alizz sigue encontrando su lugar en Castelldefels, la ciudad en la que nació y donde todavía vive.

Cristian Quirante, conocido musicalmente como Alizz en una imagen de sus redes sociales

Cristian Quirante, conocido musicalmente como Alizz en una imagen de sus redes sociales @alizzz

“Tengo una pertenencia muy fuerte a Castelldefels, a Barcelona y al Llobregat. Muchas tendencias culturales y sociales me han influido a la hora de hacer música”, asegura en conversación con Metrópoli. 

Barcelona, siempre en movimiento

Aunque su trabajo le ha llevado a escenarios internacionales, para Cristian, Barcelona es mucho más que una base: es un laboratorio creativo. “Aquí siempre ha habido experimentación, siempre ha habido vanguardia artística, y creo que siempre la habrá”, reflexiona.

Ese ambiente lo ha acompañado en su propio camino, primero como productor underground y, más tarde, como uno de los grandes arquitectos del nuevo pop español.

“Aunque desde fuera pueda parecer que todo pasa en Barcelona, también hay escenas potentes en lugares más pequeños, como La Bisbal. Hay muchos focos de creatividad alrededor”. añade el artista.

Referentes y complicidades

Alizz ha crecido mirando hacia artistas que se salían de lo convencional. En sus inicios se fijó en proyectos experimentales gallegos como BFlecha o Mwëslee, y hoy su brújula apunta hacia María Arnal, con quien trabaja de cerca: “Me parece una de las grandes voces de España”.

También sigue de cerca a la nueva ola catalana, donde destaca nombres como Mushka, Julieta, Oques Grasses o Maria Jaume. “Intento estar al día de lo que pasa, no solo en Barcelona sino en el circuito catalán en general. Hay propuestas muy interesantes”.

Entre el escenario y el estudio

Alternar entre ser productor y cantante no siempre es fácil, pero para Alizz es un lujo. Ahora mismo, confiesa, disfruta más de producir para otros: “Me apetecía salir un poco de mi mundo y meterme en el estudio con otras personas. Es cambiante: habrá momentos en los que quiera centrarme solo en mi música, y otros en los que prefiera producir”.

El artista Alizz en imagen de archivo de sus redes sociales

El artista Alizz en imagen de archivo de sus redes sociales @alizzz

No obstante, su público lo sigue esperando. Entre Madrid y Barcelona se concentran la mayoría de sus oyentes, aunque no descarta volver a girar pronto, incluso con planes de dar el salto a Latinoamérica.

De hecho, el próximo 4 de octubre actuará en el Parc del Fòrum de Barcelona. El artista formará parte de un nuevo festival en la capital catalana, el FestivalB que promete reunir tanto a sus seguidores locales como a amantes de la música urbana y pop experimental.

Una industria saturada, pero abierta

En un mercado cada vez más lleno de propuestas, Alizz reconoce que lo difícil ya no es hacer música, sino captar la atención del público: “Hoy cualquiera puede empezar con un móvil, lo complicado es destacar”.

Si algo define a Alizz es que, a pesar del reconocimiento internacional, nunca ha perdido la conexión con su origen. “Me siento parte de esta escena. Quiero que me escuchen en todos lados, pero la raíz está aquí”, dice convencido.

De Castelldefels al mundo, su música sigue bebiendo del entorno que lo vio crecer, mientras Barcelona se mantiene como epicentro de una escena que no deja de reinventarse.