Barcelona es una tierra donde el talento y la identidad se entrelazan con naturalidad. De sus calles han salido genios del balón, de los fogones y de la cultura, pero pocos pueden presumir de haber crecido en un lugar tan simbólico como Badia del Vallès, el municipio que literalmente dibuja la forma de España.
Allí pasó su infancia Sergio Busquets, el histórico mediocentro del FC Barcelona, y también el Mago Pop, dos ejemplos de cómo un rincón pequeño y humilde del Vallès puede proyectarse al mundo con fuerza y carácter.
A simple vista, Badia del Vallès podría parecer un municipio más del extrarradio barcelonés. Sin embargo, vista desde el aire, la sorpresa es mayúscula: su trazado urbano reproduce la silueta de la península ibérica, con calles y avenidas que dibujan costas, cordilleras e incluso las islas Baleares.
Ayuntamiento de Badia del Vallés
Lo que nació en los años sesenta como un proyecto social para ofrecer vivienda a familias obreras se ha convertido, seis décadas después, en un símbolo de identidad y resistencia.
Una ciudad creada para soñar
El origen de Badia del Vallès se remonta a 1960, cuando el Estado impulsó la construcción de 12.000 viviendas sociales para acoger a los trabajadores que llegaban desde otras regiones de España en busca de oportunidades.
Se quiso levantar no solo una nueva ciudad, sino también un homenaje visual al país. Así, se trazaron calles como Cantábrico, Burgos, Zaragoza o La Mancha, ubicadas en los lugares correspondientes al mapa real. Incluso Portugal y las Baleares tienen su representación dentro del municipio.
Los primeros vecinos comenzaron a instalarse en 1975, en un acto inaugurado por los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía. Sin embargo, no fue hasta 1994 cuando Badia se constituyó oficialmente como municipio independiente. Desde entonces, ha conservado un espíritu comunitario muy marcado, alimentado por las historias de migración y convivencia que dieron origen a la ciudad.
Sergio Busquets durante un partido con la selección española
Las raíces de Busquets
Ese mismo espíritu es el que marcó la infancia de Sergio Busquets. Aunque nació en Sabadell, el futbolista creció en Badia, donde aprendió, según ha dicho en más de una ocasión, las lecciones que le acompañaron toda su carrera. “He pasado gran parte de mi vida allí, acumulando recuerdos muy buenos”, recordó el jugador.
Su vínculo con el municipio va más allá de la nostalgia. Para Busquets, Badia representa la esencia de lo colectivo, del esfuerzo compartido. “Siempre que vas te encuentras a alguien conocido, ya sea en la calle, el mercado o el bar. Las vivencias de jugar en las calles y compartir momentos con los amigos me enseñaron a afrontar situaciones difíciles con serenidad y esfuerzo”.
El jugador recibió el homenaje de su Ayuntamiento poniendo su nombre en el campo de fútbol en reconocimiento a su trayectoria profesional, donde ha conseguido todos los títulos posibles.
El futbolista asegura que esos valores —la humildad, la cercanía y la fortaleza— fueron “clave para afrontar las situaciones de la vida”. Incluso en sus viajes internacionales, admite haberse topado con personas vinculadas a Badia, algo que, según él, “demuestra lo grande que es el mundo y, a la vez, lo pequeño que puede parecer cuando descubres cosas en común, como en este caso, Badia”.
Los Reyes Felipe VI y Letizia saludan a los vecinos durante una visita a Badia de Vallès
El municipio más pobre
Hoy, el municipio celebra su primer medio siglo de vida con orgullo, aunque no sin desafíos. Con una superficie de apenas 0,9 km² y más de 13.000 habitantes, Badia del Vallès es el municipio más joven de Catalunya y también el de PIB más bajo, un reflejo de su estructura económica basada en el pequeño comercio y los servicios locales.
Durante años, fue el único municipio de España con el 100% de viviendas de protección oficial, pero esa condición está a punto de cambiar: en febrero de 2026, las últimas 1.400 viviendas públicas pasarán al mercado libre.
A ello se suma la problemática del amianto en sus edificios, una herencia del urbanismo de los años 70 que hoy preocupa a los vecinos.
Aun así, Badia conserva una energía especial. Sus calles, sus plazas y su gente respiran historia obrera, comunidad y resistencia. Quizá por eso quienes salieron de allí, como Busquets o el Mago Pop, lo recuerdan con tanto cariño: porque en ese pequeño mapa del mundo aprendieron lo esencial.
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