Marc Ribas se ha ganado un hueco en el corazón de los catalanes. Su simpatía, su forma natural de hablar y su carácter cercano lo han convertido en uno de los cocineros más queridos de la televisión catalana.
No necesita estrellas Michelin ni abrir su propio restaurante para ganarse la confianza del público: lo suyo siempre ha sido cocinar para la gente, ya sea en los platós o en los fogones ajenos.
Marc Ribas, presentador del programa de TV3 Joc de Cartes
Su salto a la popularidad llegó con ‘Joc de cartes’, el programa de TV3 donde tres restaurantes compiten por ser el mejor. Su humor, su tono socarrón y su empatía con los concursantes hicieron que su fama se disparara y hoy es un referente más allá de la cocina, seguido por miles de espectadores y usuarios en redes sociales.
Una confesión inesperada en TV3
Ribas participó recientemente en el nuevo programa de Bibiana Ballbè, ‘Bestial’, emitido por la televisión pública catalana. En un momento de la entrevista, le preguntaron cuál era su rincón favorito de Cataluña. La respuesta fue espontánea y contundente: “Tossa de Mar. Para mí, es el cielo”.
La frase no tardó en hacerse viral. Y no es para menos: Tossa de Mar, en el corazón de la Costa Brava, es uno de esos lugares que enamoran a primera vista.
Cala Pola, playa de aguas cristalinas en Tossa de Mar
Desde su bahía fortificada hasta sus callejones empedrados, este pueblo marinero lo tiene todo: historia, encanto y un paisaje que parece sacado de una postal.
Un destino con historia (pre)histórica
Los primeros en dejar huella en Tossa fueron los homínidos prehistóricos, y no es una exageración. Se han hallado restos del Paleolítico en sus alrededores, lo que demuestra que su belleza natural lleva atrayendo visitantes desde hace milenios.
Más tarde, los romanos levantaron en la zona el puerto de Turissa, del que todavía quedan vestigios. También fundaron la Villa dels Ametllers, un conjunto arqueológico del siglo I a. C., donde aún pueden contemplarse mosaicos y estructuras que revelan cómo era la vida de las clases acomodadas en la antigua costa catalana.
El castillo y las murallas que sobrevivieron a los piratas
Si hay algo que define a Tossa de Mar es su perfil medieval. Las murallas del siglo XII que rodean el núcleo antiguo —la Vila Vella— son uno de los conjuntos fortificados más impresionantes del Mediterráneo.
Construidas para proteger el pueblo de los ataques piratas, han llegado hasta nuestros días casi intactas.
El recinto amurallado se asienta sobre una imponente formación rocosa que domina la bahía. Desde allí se alzan siete torres, tres de ellas cilíndricas, entre las que destaca la Torre d’en Joanàs, con vistas privilegiadas al mar.
Otras, como la Torre de les Hores o la Torre d’es Codolar, completan la estampa perfecta de este enclave que parece detenido en el tiempo.
Un museo al aire libre frente al mar
Dentro del recinto medieval se esconde un pequeño tesoro: el Museu Municipal de Tossa de Mar, situado en el antiguo Palau del Batlle, junto a la Torre d’es Codolar. Este espacio alberga piezas de arte, cerámica y restos arqueológicos que cuentan la evolución del municipio desde la antigüedad.
El recinto amurallado de la Vila Vella de Tossa de Mar
Justo al lado se encuentra la Cala Es Codolar, una playa escondida que solo se puede alcanzar desde el interior de la muralla. De arena dorada y aguas turquesas, es una de las joyas secretas de Tossa y una de las razones por las que Marc Ribas la considera “el cielo”.
La Vila Vella: una joya medieval en la costa catalana
La Vila Vella es el único ejemplo conservado de una población medieval fortificada en la costa catalana. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional por su valor patrimonial. Sus calles empedradas, sus fachadas de piedra y sus rincones llenos de flores la convierten en un lugar mágico para pasear.
Dentro del recinto, destacan la antigua iglesia de Sant Vicenç, de estilo gótico tardío, y el faro de Tossa, que ofrece una panorámica espectacular de la bahía. También merece una visita el Museo Municipal, donde se conservan obras de artistas locales y piezas halladas en excavaciones romanas.
Un pasado de cine con aroma a Hollywood
Tossa de Mar también tiene su historia con el cine clásico de Hollywood. En los años 50 fue escenario del rodaje de Pandora y el holandés errante, película protagonizada por Ava Gardner y James Mason. La actriz quedó tan enamorada del pueblo que se instaló allí durante una temporada.
Su paso dejó tanta huella que el municipio le dedicó una estatua frente al mar, un homenaje a aquella época dorada en la que Tossa se llenó de glamour.
Cala Pola, en Tossa de Mar
A Gardner la acompañaban personalidades como Frank Sinatra y Mario Cabré, y todavía hoy algunos vecinos recuerdan las fiestas que montaban y las anécdotas que quedaron para siempre en la memoria colectiva.
Tierra de famosos (y de enamorados del mar)
No solo Ava Gardner cayó rendida ante Tossa. También el modelo Andrés Velencoso, nacido en el municipio, presume con orgullo de su tierra cada vez que puede. Para él, este rincón de la Costa Brava es mucho más que un destino turístico: es su hogar.
Y ahora, también Marc Ribas lo ha declarado su paraíso particular. “A Tossa. Para mí, es el cielo”, respondió en el programa cuando le preguntaron si preferiría el cielo o el infierno. Una confesión que ha terminado de sellar su vínculo emocional con el pueblo.
Playas de postal y calas escondidas
La Platja Gran es la más conocida de Tossa de Mar. Con 370 metros de largo y 80 de ancho, es el corazón del municipio: una amplia bahía con el castillo como telón de fondo y un paseo marítimo lleno de restaurantes, tiendas y terrazas.
Pero si se busca algo más tranquilo, el Camí de Ronda ofrece un recorrido espectacular por el litoral, con acceso a calas más escondidas como Cala Pola, a cinco kilómetros del centro, o Cala Giverola, famosa por sus aguas cristalinas.
Un poco más al norte se encuentran la Cala Futadera, conocida como “la cala de las mil escaleras”, y la Cala del Senyor Ramon, entre acantilados de vértigo. Al sur, Es Codolar es perfecta para practicar snorkel y disfrutar de la vida marina.
Cómo llegar a Tossa de Mar
Desde Girona, llegar a Tossa es cuestión de 45 minutos por la carretera C-65, una ruta cómoda y panorámica. Desde Barcelona, el trayecto dura una hora y cuarto, con dos alternativas principales: la AP-7 hasta la salida 9, enlazando con la C-35 y luego la GI-681, o la C-32 hasta Lloret de Mar, para continuar por la GI-682 bordeando la costa.
Cualquiera de los dos caminos regala paisajes de montaña, miradores naturales y vistas al mar que ya adelantan lo que espera al llegar: uno de los pueblos más bellos de la Costa Brava.
El paraíso de Marc Ribas (y de quien lo visite)
No es casualidad que Marc Ribas haya elegido Tossa de Mar como su rincón favorito. Este pueblo combina todo lo que él representa: autenticidad, sabor mediterráneo y un carácter genuino que conquista sin artificios.
Cala de Sa Futadera (Tossa de Mar, Girona) / PINTEREST
Entre sus murallas medievales, calas cristalinas y un ambiente acogedor, Tossa sigue siendo ese pequeño paraíso que atrapa a todo el que la visita. Para Marc, es “el cielo”; para muchos otros, un lugar donde el tiempo se detiene y el Mediterráneo muestra su cara más hermosa.
Un destino que sigue demostrando por qué la Costa Brava es una de las joyas naturales y culturales más admiradas de Cataluña.
