Una jueza ha retirado el pasaporte al hombre investigado por el homicidio de la dependienta de una zapatería en Sabadell en febrero de 2007, en un caso por el que ya fue detenido en 2019 y que se ha reabierto gracias a nuevos indicios hallados por los Mossos d'Esquadra.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el sospechoso de este crimen, de 75 años, ha comparecido este miércoles ante la titular del juzgado de instrucción número 5 de Sabadell, que le ha notificado formalmente que se le investiga por un delito de asesinato con alevosía y que el procedimiento se sigue por el trámite del jurado.
Atendiendo a las peticiones de la Fiscalía y de la acusación particular, la jueza ha decidido mantener al investigado en libertad, pero como medidas cautelares le ha retirado el pasaporte, le ha prohibido salir del territorio y le ha ordenado comparecer semanalmente.
Restos en la ropa de la víctima
Equipos de última generación de la Policía Científica han logrado un "giro" en la investigación y han confirmado la presencia de sustancias químicas en la ropa de la víctima coincidentes con los residuos de la chaqueta del único sospechoso, propios de su oficio de lampista, según han detallado los Mossos en un comunicado.
La Unidad Central de Homicidios se hizo cargo de la investigación de este caso en 2019, después de que ninguna de las líneas de investigación abiertas hasta entonces permitiera resolver el crimen.
Con toda la información recabada hasta entonces, los agentes se centraron en un sospechoso que había estado trabajando en la zapatería el mismo día y que no había sido investigado, por lo que se revisaron los indicios recogidos en 2007 en el escenario del crimen, lo que permitió hallar una huella entre las pertenencias de la víctima.
Por este motivo, se le detuvo y se registró tanto su domicilio como el taller en el que trabajaba, aunque finalmente el caso se archivó de forma provisional.
Simuló un robo
Pese a que las primeras investigaciones apuntaban a que se trataba de un robo con violencia, la nueva línea de investigación abierta en 2017 planteó la hipótesis de que el sospechoso manipuló la escena del crimen para simular un robo.
Para ello, tocó un monedero de la víctima, pero se dejó diez euros en su interior y varios tíquets en los que dejó impregnada su huella.
Además, en el escenario del crimen también se localizó una hoja de cúter rota, con sangre de la víctima y con las medidas similares a las utilizadas por los lampistas, oficio del sospechoso.
