El catalán continúa perdiendo presencia en la vida cotidiana de la población del área metropolitana de Barcelona, según los datos más recientes de la Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población (EULP) del Govern.
La edición de 2023 revela que solo el 24,7 % de los habitantes de la conurbación barcelonesa utiliza el catalán como lengua de uso habitual único, una cifra que confirma la tendencia descendente registrada desde principios de siglo.
El estudio —basado en 8.682 entrevistas a personas mayores de 15 años, realizadas entre septiembre de 2023 y abril de 2024— muestra que el retroceso no es un fenómeno puntual, sino una evolución sostenida. En 2018, el porcentaje de población que tenía el catalán como lengua habitual era del 27,5%, mientras que en 2003 alcanzaba el 37,8%.
La caída es especialmente significativa si se tiene en cuenta que el ámbito metropolitano concentra la mayor densidad de población de Catalunya.
Un territorio diverso y cambiante
El fuerte peso demográfico de la región metropolitana, así como su composición social, explican buena parte de estas dinámicas lingüísticas. Según la encuesta, solo el 56,6 % de su población ha nacido en Catalunya, mientras que un 25,1 % procede del extranjero. Este mosaico de orígenes, sumado a la hegemonía del castellano, condiciona el uso habitual del catalán en la vida diaria.
Turistas y barceloneses en La Rambla
Aun así, no toda la región se comporta del mismo modo. El estudio detecta contrastes marcados entre comarcas y municipios. El Maresme, el Vallès Oriental y la propia ciudad de Barcelona presentan porcentajes de uso y conocimiento del catalán superiores a los del conjunto de la conurbación. En la capital catalana, el 26,9 % de la ciudadanía lo emplea como lengua habitual.
En cambio, zonas como l’Hospitalet de Llobregat, el norte del Barcelonès o el sur del Baix Llobregat registran cifras “mucho más bajas”, reflejando una presencia dominante del castellano y un mayor peso de comunidades internacionales.
Las comarcas del Vallès Occidental y el norte de la del Baix Llobregat tenían "unas dinámicas más parecidas" a las del conjunto de la zona metropolitana.
Gente paseando en el paseo de Joan de Borbó de la Barceloneta / HUGO FERNÁNDEZ
La lengua inicial y la identidad lingüística, también en retroceso
La encuesta analiza igualmente la lengua inicial —la aprendida en casa durante la infancia— y la lengua de identificación —la que una persona siente como propia—. En el ámbito metropolitano, el 22,3 % de la población tiene el catalán como lengua inicial única, y un 22,9 % lo identifica como su lengua propia. Aunque estas cifras son mayores que el uso habitual, también muestran una tendencia descendente.
Los datos plantean interrogantes sobre el futuro del catalán en el entorno urbano más poblado de Cataluña, y reavivan el debate sobre la necesidad de reforzar políticas lingüísticas en los espacios donde la lengua tiene menor vitalidad social.
Fuera del área metropolitana
El panorama cambia cuando se observan territorios menos densos y con estructuras demográficas diferentes. Las comarcas de Terres de l’Ebre, Alt Pirineu y las centrales son las que presentan los porcentajes más altos de uso habitual del catalán, situándose entre el 56 % y el 67 %. En estas zonas, el porcentaje de población nacida en Cataluña supera el 68 %, una variable determinante en los patrones lingüísticos.
Gente pasea por el centro de Barcelona en una imagen de archivo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
En las comarcas de Girona y en Ponent, aunque el catalán mantiene una presencia superior a la media autonómica, el retroceso respecto a 2018 es significativo. Allí, la creciente diversidad lingüística —con un peso notable de lenguas diferentes al catalán y al castellano— influye en la evolución del paisaje idiomático. En Girona, por ejemplo, el uso habitual del catalán ha pasado del 54,1 % en 2018 al 45,1 % en 2023.
Ciudades donde el castellano gana terreno
La situación se invierte en áreas como el Camp de Tarragona y el Penedès, donde en 2023 el castellano se situó como la lengua habitual de entre el 40 % y el 45 % de la población, por encima del catalán, que se quedó entre el 35 % y el 38 %.
Aun así, el porcentaje de ciudadanos que usan ambas lenguas con frecuencia es más alto que la media catalana, alcanzando entre el 10 % y el 12 %.
