El sonido del río entre las rocas, el canto de los pájaros y la sensación de correr por un sendero donde la historia se mezcla con la vegetación autóctona. Imaginar un espacio así puede parecer un sueño para los amantes del trail running, pero en la Anoia, a pocos kilómetros de Barcelona, ese escenario es ya una realidad tangible.
Este noviembre de 2025 se ha inaugurado la Fase 1 de la Vía Blava de l’Anoia, un tramo de 19 kilómetros que promete cambiar la manera en que los barceloneses y los visitantes practican deporte y disfrutan del entorno natural y cultural.
La Vía Blava conecta los municipios de Jorba, Santa Margarida de Montbui, Igualada, Vilanova del Camí y La Pobla de Claramunt, siguiendo el cauce del río por la Cuenca de Ódena.
Inversión millonaria
La ruta combina un trazado ideal para trail running, senderismo y ciclismo, con paradas que permiten admirar castillos históricos como los de Claramunt y Jorba, el Museo de la Piel de Igualada, el Museo Molino Papel de Capellades o la ermita Virgen María de la Sala.
El pueblo de Pujalt, en la Anoia
Más de 40 alojamientos turísticos, junto con 60 establecimientos de restauración y servicios de alquiler de bicicletas, completan la oferta para convertir esta vía en un producto turístico integral.
El proyecto, que comenzó en febrero de 2023 y concluyó este verano, ha supuesto una inversión de 5,8 millones de euros, de los cuales 4,5 millones proceden de los fondos europeos Next Generation.
La presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, destacó durante la inauguración que la Vía Blava es una oportunidad para recuperar los ríos, poner en valor la biodiversidad y conectar a las personas con la historia y el patrimonio del territorio.
Futuro
La Fase 1 es apenas el primer paso de un proyecto mucho más ambicioso: las Vías Azules Barcelona buscan crear un corredor de más de 250 kilómetros a lo largo de los ríos Llobregat, Anoia y Cardener. La siguiente etapa prevé partir desde Martorell y conectar, 46 kilómetros más adelante, con La Torre de Claramunt, pasando por Capellades, Vallbona d’Anoia, Cabrera d’Anoia, Piera, Sant Sadurní d’Anoia, Subirats, Gelida, Sant Esteve Sesrovires y Castellví de Rosanes.
La planificación de este tramo incluye negociaciones con propietarios de terrenos y licitaciones de obra, pasos previos a su ejecución efectiva.
Los campos d'Anoia en una imagen de archivo
El secretario general de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat, Jordi Terrades, subrayó la relevancia del proyecto: "Es pionero en el sur de Europa". "Servirá para dinamizar las economías locales y el turismo. Teníamos ríos muy contaminados, pero el futuro será poder disfrutar de estos ríos, favoreciendo la recuperación del patrimonio industrial y arquitectónico, así como la biodiversidad", añadió.
Terrades destacó también que más de 5 millones de personas viven a menos de media hora del eje fluvial de la vía, lo que convierte a este proyecto en una apuesta estratégica tanto para el deporte como para el desarrollo económico local.
Sostenibilidad
Además de su valor deportivo y recreativo, la Vía Blava busca generar turismo responsable y sostenible. Entre las acciones previstas, se incluye la celebración de un gran evento deportivo en primavera de 2026, que consolidará la vía como un destino para corredores de trail, senderistas y familias.
La ruta también se conecta con otras sendas emblemáticas, como el Camino Ignasià, el Camino de Santiago y la Anilla Verde de Igualada, ampliando las posibilidades de itinerarios combinados y experiencias completas para visitantes de diferentes niveles y edades.
La iniciativa integra movilidad sostenible, educación ambiental y recuperación del patrimonio fluvial. Cada kilómetro de la Vía Blava busca acercar a las personas al entorno natural, sensibilizar sobre la importancia del agua y la biodiversidad, y ofrecer alternativas de ocio que respeten el medioambiente.
