El sincrotrón Alba en Cerdanyola del Vallès en una imagen de archivo
Gobierno y Generalitat sellan una inversión histórica para situar al Sincrotrón ALBA en la élite científica
El Ejecutivo central y Catalunya destinarán 1.000 millones de euros en 15 años para convertir la infraestructura de Cerdanyola del Vallès en un sincrotrón de cuarta generación
Otras informaciones: Cerdanyola estrena una residencia en el Parc de l'Alba para más de 600 estudiantes e investigadores
Noticias relacionadas
- Barcelona se alza como polo del ‘data center’, el activo de moda en la economía digital
- Miquel Martí: “Barcelona va a ser el gran espacio de prueba para el urbanismo, la sostenibilidad o la salud”
- Comienzan las obras de una nueva residencia junto a la UAB que alojará a 400 estudiantes e investigadores en 2027
El Gobierno de España y la Generalitat de Catalunya destinarán de forma conjunta 1.000 millones de euros durante los próximos 15 años para modernizar el Sincrotrón ALBA, situado en Cerdanyola del Vallès, con el objetivo de transformarlo en una infraestructura científica de cuarta generación.
La inversión, que será asumida al 50% por ambas administraciones, permitirá actualizar la única fuente de luz de sincrotrón del país y situarla al nivel de los grandes centros internacionales de investigación. Así lo ha anunciado la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, tras la reunión del Consejo de Ministros.
Salto tecnológico
Según ha explicado la ministra, el proyecto busca que el ALBA dé el salto tecnológico desde su actual condición de infraestructura de tercera generación, reforzando su capacidad para mantenerse “en la frontera del conocimiento”, en línea con las principales potencias científicas.
Esta modernización incrementará de forma notable la precisión y la potencia de los experimentos que se desarrollan en el centro.
Parc de l'Alba en Cerdanyola del Vallès
El Sincrotrón ALBA es un complejo de aceleradores de electrones que permite estudiar la materia a escala atómica y molecular mediante un haz de luz de altísima intensidad. Sus aplicaciones abarcan campos como la biomedicina, la ciencia de materiales, la química o la energía, y pueden contribuir, entre otros avances, al desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer.
Según ha explicado Morant, "permite conocer muchísimo más la materia y con eso pues aplicar nuevas fórmulas".
Más de 2.000 usuarios
Actualmente, el centro acoge a más de 2.200 usuarios al año, en su mayoría personal científico procedente de universidades y centros de investigación nacionales e internacionales.
En sus instalaciones se emplean técnicas avanzadas como la microscopía, la espectroscopia y la difracción, fundamentales para analizar la estructura y las propiedades de la materia.