Barcelona pierde otro rincón histórico: derriban la 'isla de las lavanderas'

Barcelona pierde otro rincón histórico, o al menos gran parte de él. Esta semana se ha iniciado el derribo de la icónica isla de las lavanderas, un espacio del barrio de Horta en el que el siglo XIX se lavó buena parte de la ropa de la burguesía barcelonesa. El lugar ha permanecido casi intacto a pesar del paso del tiempo, con sus casas, pozos, lavaderos y huertos. Ahora desaparece.

La isla de las lavanderas se encuentra entre las calles de Aiguafreda, Granollers, bajada de Can Mateu, Llobregós y la plaza de las Bugaderes d’Horta. Los derribos se iniciaron el miércoles 14 de julio y afectan a la calle de Llobregós. Está previsto que vayan al suelo tres casas -finalmente el Ayuntamiento dice que serán dos- y un tramo de huerto. Una parte del conjunto sí ya está protegido: casas de la calle de Aiguafreda y la masía de Ca l'Eudald.

PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD DEL BARRIO

Junto a la bajada de Can Mateu se levantará un nuevo edificio de viviendas, con 48 pisos, 15 de ellos sociales. También, donde se están tirando al suelo las casas y otros elementos del conjunto, se construirán unos jardines. La remodelación implicará ampliar la estrecha calle de la bajada de Can Mateu, entre Llobregós y Granollers.

Según la plataforma Salvem l’Illa de les Bugaderes d’Horta, este derribo hará que las casas de la calle de Aiguafreda y la masía queden descontextualizadas y se perderá una parte de la identidad del barrio. "Es una barbaridad", dijo en abril a Metrópoli Dolors Canudas, portavoz de la plataforma y arquitecta.

La calle de Aiguadreda, en la isla de las lavanderas de Horta /  METRÓPOLI - IMMA SANTOS

Varios vecinos intentaron, a principios de junio, frenar el derribo que ahora se está consumando. La plataforma vecinal inició una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para pedir la paralización del proyecto porque el derribo "mutila y altera gravemente la unidad y coherencia de este conjunto rural". Hasta ahora, los vecinos han conseguido más de 4.000 firmas. El planeamiento urbanístico es de hace una década y se concretó a finales del pasado mandato.

Calle cerrada por el derribo / JORDI SUBIRANA

Según el Ayuntamiento, se ha sido sensible a lo que se planteaba desde la entidades y el distrito de Horta-Guinardó ha trabajado en una modificación del plan inicial. Se preserva una de las casas, que es el 50% del volumen, y se procederá a su catalogación como edificio de interés patrimonial. Es decir, solo se derriban dos viviendas, para garantizar la bajada de Can Mateu, afirman fuentes municipales. También se respetan pozos y árboles.  

OTROS CASOS: PROTECCIÓN TARDÍA Y CARA

Recientemente, la ciudad ha vivido casos muy parecidos al de la isla de las lavanderas en los que el Ayuntamiento ha acabado actuando tras las protestas vecinales y cuando ya había proyectos empresariales en edificios sin protección patrimonial. Se trata del antiguo Hotel Buenos Aires de Vallvidrera, que el consistorio expropia tras ser okupado. El caso está judicializado y puede acabar costando un pastizal a la ciudad. En el inmueble se iba a construir un hotel de lujo. La teniente de alcaldía de Urbanismo Janet Sanz está siendo investigada por prevaricación, entre otros delitos. 

En las casitas de la Encarnació de Gràcia ha sucedido un caso similar. Cuando las máquinas entraron para derribar las viviendas, un grupo de vecinos se opuso. El Ayuntamiento, finalmente, protegió las casas y la encina bicentenaria, pero ha tenido que desembolsar más de nueve millones de euros. En en esta zona de Gràcia se harán pisos municipales.

La 'isla de las lavanderas'