El barrio más pequeño de Barcelona tiene más de 100 años de historia y parece un pueblo. Se trata de la Clota, ubicado en un rincón del distrito de Horta-Guinardó en el que habitan tan solo 600 personas.
Se ubica entre El Carmel y el paseo de Vall d'Hebrón, en el suroeste de Horta; limitado por la calle Lisboa, la avenida del Cardenal Vidal Barraquer y la avenida del Estatuto de Catalunya. Aparte de ser el barrio más pequeño de Barcelona, también se trata de uno de los núcleos de población más antiguos del distrito. Desde el pequeño espacio primigenio, se fue extendiendo por la plana de la casa Tarrida, una antigua masía del siglo XIII, hoy desaparecida. Era una barriada popular de torres y casas con huertos.
El crecimiento urbano de La Clota no ha sido muy intenso, y ha mantenido hasta hoy ese aire rural que constituye una notable singularidad en la Barcelona actual. Coexisten las casas bajas y masías centenarias con huertos, con un pequeño núcleo formado por edificaciones autoconstruidas. Todavía quedan algunos talleres como carpinterías, marmolerías y herrerías.
La variedad de instalaciones hidráulicas que se encuentran, como pozos y acequias, fueron el origen de la fama de Horta como reserva de agua de Barcelona y que favoreció la implantación de muchas lavanderías.
Uno de los rincones más pequeños de Barcelona
El futuro de La Clota es incierto, pero la fuerza de su comunidad y la riqueza de su historia ofrecen una base sólida para enfrentar los desafíos venideros. Mientras Barcelona evoluciona, La Clota permanece como un recordatorio de que incluso los rincones más pequeños pueden tener un impacto significativo en la narrativa de una ciudad en constante cambio.