¿Alguna vez te has preguntado cuál es el jardín más antiguo de Barcelona? Tiene más de 230 años de historia y se trata del Laberint d'Horta. Con sus vericuetos de historia entrelazados entre columnas de cipreses y estanques, este jardín encarna una narrativa que se remonta a los tiempos más antiguos de la ciudad.

El origen de este emblemático jardín se remonta al siglo XVIII, una época en la que Barcelona bullía con el fervor cultural del periodo ilustrado. En 1792, la familia Desvalls, una de las más influyentes de la nobleza catalana, adquirió la finca de Horta, donde se construiría este jardín. La mente maestra detrás de su diseño fue el prestigioso arquitecto italiano Domenico Bagutti, quien transformó los terrenos en un refugio de serenidad y belleza.

Un símbolo de la aristocracia barcelonesa

El jardín se convirtió rápidamente en un símbolo de la opulencia y el buen gusto de la aristocracia barcelonesa. Durante décadas, sirvió como lugar de encuentro para la élite intelectual y artística de la ciudad, donde se celebraban suntuosas fiestas y se tejían intrigas políticas.

Sin embargo, el esplendor del jardín del Laberint d'Horta también se vio empañado por momentos oscuros de la historia de Barcelona. Durante la Guerra de Sucesión Española en el siglo XVIII, la finca de Horta fue testigo de enfrentamientos entre las tropas borbónicas y las fuerzas partidarias del Archiduque Carlos de Austria.

La transformación del jardín

A medida que el tiempo avanzaba, el jardín pasó por diferentes etapas de cambio y transformación. En el siglo XIX, con el auge del Romanticismo, se añadieron elementos como estatuas, templetes y pérgolas, que dotaron al jardín de una atmósfera aún más evocadora.

Vistas del jardín del Laberint d'Horta

El jardín del Laberint d'Horta también desempeñó un papel crucial durante el siglo XX, especialmente durante la Guerra Civil Española. Durante este periodo turbulento, la finca se convirtió en refugio para aquellos que huían de la violencia y la persecución política. Sus frondosos rincones proporcionaron un oasis de paz en medio del caos que sacudía a España.

Abierto al público en 1971

Tras años de abandono y decadencia, el jardín fue finalmente restaurado y abierto al público en 1971. Desde entonces, ha sido un destino popular tanto para los residentes locales como para los turistas que buscan un respiro de la vida urbana. Sus intrincados caminos de setos y sus esculturas evocadoras ofrecen un escape de la vorágine de la ciudad, mientras que sus rincones ocultos invitan a la contemplación y la reflexión.

Actualmente, este parque sigue siendo un símbolo del pasado histórico de Barcelona. A través de sus verdes prados y sus antiguas estructuras, nos recuerda la herencia cultural y la compleja historia de esta ciudad.

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