¿Cuándo dejamos de valorar la perfección?
Varios estudios demuestran que los proyectos que consiguen el éxito son aquellos que empiezan rápido y terminan lento.
31 marzo, 2018 11:51¿Cuándo dejamos de valorar la perfección para hacer las cosas 'simplemente bien'?
Para algunos el significado de perfección va relacionado con el estrés, con la ansiedad e incluso a algunas personas les producen rechazo las cosas perfectas. Lejos de la realidad, la perfección es sumamente importante en nuestro día a día como un método de superación, de admiración y de evolución.
¿Qué pasaría si un médico no buscáse la perfección durante una operación quirúrgica? ¿Qué pasaría si un arquitecto hiciese un puente bien y no uno perfecto? Quizás estaríamos constantemente ante imágenes como las del pasado 16 de marzo cuando un puente recien construído de Miami se derrumbó dejando 6 muertos. El sector de la construcción, en su mayoría, es uno de los claros ejemplos de la involución dicha perfección. Donde antes había mármol, gruesas paredes, techos altos, fachas con sus cornisas que eran dignas de museos, ahora nos limitamos al estilo 'minimalist' con materiales que nos exigen una reforma integral de nuestro hogar cada 10 años.
Pocos relacionan la perfección con el fracaso, pero ambos conceptos se necesitan. Ninguna idea triunfa sin un previo revés, puesto que antes de llegar a la perfección ha habido muchos fracasos. Un ejemplo claro es el de Thomas Edison. El famoso inventor de la bombilla, antes de conseguir pasar a la historia por su invento revolucionario, también tuvo sus frustraciones, como su colección de muñecas diabólicas que conseguieron asustar tanto a pequeños como a mayores.
Ahora bien, ¿Es necesario inventar algo de cero para llegar al éxito? No. Muchos de los grandes inventos que han marcado la historia han sido mejoras de algo ya creado, como Google que fue una mejora de MySpace, o Facebook quién mejoró el famoso Messenger. A veces es más difícil crear de cero que buscar algo ya creado y llevarlo a su más absoluta perfección.
Sin duda, hoy en día nos hemos limitado a vivir en la mediocridad por el miedo a intentarlo y fracasar, pero es que no hay perfección si no hay fracaso. Varios estudios demuestran que los proyectos que consiguen alcanzar el éxito y la originalidad son aquellos que empiezan rápido y terminan lento. ¿Imaginas por qué?
Y desde BMagazine nos preguntamos: ¿En qué momento hacer las cosas bién ganó a la perfección?