Nueva York a través de los hombres, de esta manera se podría resumir la pícara novela de Mateo Sancho. El autor de Nueva York de un plumazo, un adolescente rural convertido en cosmopolita independiente, explica su experiencia en la tierra de los sueños prometidos, a través de una ficción en la que ha dejado volar su imaginación: "Una amiga me dijo que hiciera un Sexo en Nueva York para gays, y dije, ¿porqué no? Entonces pude mezclar mi experiencia con la ficción, el personaje es muy parecido a mí, pero me he tomado la libertad de tirar del hilo y de llevar al extremo algunas situaciones", argumenta el autor.

ROMÁNTICA Y PROMISCUA

El libro trata sobre la experiencia de Simón (el alter ego del escritor). El protagonista realiza una explícita guía de la ciudad y de los hombres a través de sus propias vivencias: "Es una comedia romántica y promiscua, quería defender que el sexo express no es incompatible con el sentimiento", explica Mateo Sancho. "En cuanto a la ciudad creo que hay sitios que son importantes y que no salen en tantas guías. Cada uno tiene su Nueva York y yo he querido plasmar el mío", añade. 

Tras dedicarse al periodismo cinematográfico en Madrid, se trasladó a Nueva York y pudo comprobar la complicación que tiene vivir en un lugar nuevo: "Cuando vives en New York tienes la sensación de estar cinco años por delante, para mal a veces. España laboralmente es muy conservadora, por eso nos hemos ido la mayoría". "El sexo es lo único que escapa a las leyes del mercado. Aunque no lo parezca Nueva York es una ciudad previsible en el terreno sexual", confirma el autor, asegurando que era la única verdad auténtica. 

ROMPIENDO ESTEREOTIPOS

Después de detectar como eran los hombres en todas sus vertientes, llegó a la conclusión de que la literatura romántica estaba pensada para el grupo heterosexual de la sociedad, y que este colectivo no tenía interés en abrir su mentalidad: "Que los heterosexuales consideren que leer este tipo de libros homosexualiza, es muy delirante. Me encantaría que las personas que no conocen esos códigos sintieran una curiosidad por el planteamiento emocional sexual", razona el autor. 

Sancho sentía la necesidad de contar historias de sentimientos y amor homosexual, sin encasillar su novela en la literatura LGTBI: "Me llama la atención que cuando en un libro aparece un homosexual se considere una literatura de nicho. Llevo toda la vida leyendo historias heterosexuales y eso no me ha comportado ninguna barrera para empatizar con los personajes", argumenta. "He utilizado unos códigos globales para que este libro se empiece a ver como novela y no como literatura LGTBI", explica Sancho. 

 

La portada de 'Nueva York de un plumazo' / ROCA EDITORIAL



NORMALIZAR LA SEXUALIDAD

Nueva York de un plumazo ha significado una liberación para el autor, tanto de manera laboral como espiritual. Su narración podría llegar a ser el impulso de una nueva literatura y pensamiento, y sus historias una forma de entretenimiento humana, sencilla y verdadera: "Como escritor necesito ser muy honesto, y sí que me parece que esta haya sido una manera de blanquear un modo de vida, y de exponerlo con mucho humor. La sociedad todavía tiene remilgo al sexo y hay que normalizarlo", confirma el autor. 

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