El PP critica el incremento de las ocupaciones irregulares
Alberto Fernández Díaz relaciona el problema con el pasado okupa de Colau y Gala Pin
8 febrero, 2017 12:48Noticias relacionadas
Los populares han hecho de las ocupaciones irregulares su caballo de batalla. El líder del grupo municipal del Partido Popular, Alberto Fernández Díaz, ha denunciado que las viviendas ocupadas hayan crecido un 66% en el primer semestre de 2016 respecto al 2015. De 642 a 1.065. Un incremento que ha relacionado “con el pasado okupa de Colau y Gala Pin”.
De los más de mil pisos ocupados 'en precario', 906 pertenecen a entidades financieras, 25 a pisos de protección oficial y 134 a particulares privados, según los datos proporcionados por el Ayuntamiento de Barcelona. El hecho de que haya viviendas de titularidad pública en manos de terceros en situación ilegal es una de las cuestiones que más preocupa al PP. Bajo su punto de vista, la “alkaldesa kolau fomenta” (el líder popular ha dicho que se escribe con doble 'k' de "okupa") el acceso a viviendas sociales “de forma irregular”. Según denuncian, la patada en la puerta “se termina convirtiendo en un derecho al regularse posteriormente”.
Desde el PP no han entrado a diferenciar la ocupación de vivienda por necesidad y por ideología. Que 395 de estos pisos irregulares se encuentren en Nou Barris podría tener relación con la problemática que atendía el líder de la AVV de Ciutat Meridiana, Filimberto Bravo: “aquí se ocupa por necesidad”. Pero sin embargo, Alberto Fernández Díaz solamente ha citado las okupaciones de espacios autogestionados como Can Vies o el edificio de Transformadors. Sobre estos, ha destacado que “Colau les paga el agua y la luz”, mientras que en otros espacios incluso “se les permite tener barra libre de infracciones e ilegalidades”.
Como solución al que considera uno de los problemas más graves de la ciudad, el líder popular ha reclamado “una oficina de afectados por las ocupaciones ilegales en Barcelona”. “Es una vergüenza que estas se hayan incrementado en un 66% por la permisividad de Colau”, a quien acusa de “generar un efecto llamada-okupa en la ciudad”. Por último, ha ironizado sobre el hecho que los barceloneses querrían ser tratados como okupas “'para no pagar alquiler, luz, agua ni impuestos”.