Hasta 3.304 personas han podido formarse y reciclarse a través del programa municipal Làbora. La coordinación entre administración, entidades sociales y empresas ha servido para aumentar el número de contratos a personas que formaban parte de colectivos en riesgo de exclusión. Hasta un 28% se han incrementado el número de contratos respecto al 2015.

“A pesar de tener un experiencia laboral considerable, llegó un momento en el que por edad y por sexo pasé de ser desempleada a parada”. Este es el testimonio de Laura; mujer mayor de 45 años. O dicho de otra forma, carne de cañón para un mercado laboral “excluyente” y “salvaje”, exponía la teniente de alcalde, Laia Ortiz. Ahora Laura trabaja en un asesoría especializada en derecho laboral con un contrato indefinido. “Había ido a otros sitios dónde no había terminado de sacar provecho a las herramientas que me proponían", ha lamentado, aunque posteriormente la voz de la experiencia aseguraba que  "en Làbora sí [había encontrado los recursos que precisaba]”.

El programa cuenta este año con una partida presupuestaria de 3,2 millones de euros. Una inversión que pretende impulsar la formación y el acompañamiento a sus usuarios. “Queremos reforzar y empoderar a la ciudadanía”, ha destacado Ortiz. Al fin y al cabo, el programa busca de ayudar al ciudadano con una actualización formal de su currículum, o ayudarle a entender cuáles podrían ser sus potencialidades como profesional y de las que no son conscientes la mayoría de desempleados.

UNA ESTABILIDAD LABORAL MEJOR QUE LA MEDIA

En cuanto a la estabilidad de los contratos que se han firmado a lo largo del 2016, la teniente de alcalde ha admitido que “no son grandes cifras, aunque sí que se ha aumentado el tiempo de contratación y los contratos fijos”. De hecho, los datos son mejores que la media de Barcelona. Si bien los contratos inferiores a un mes firmados a través del programa Làbora responden al 25% de los casos, en la capital catalana estos representan el 40%.