Frente a las cámaras, todos los líderes de los comuns repiten la misma frase: “Estamos a favor de un referéndum con plenas garantías”. Saben, sin embargo, que esta consigna no aclara su posición. Tras el anuncio del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de convocar la consulta unilateral para el 1 de octubre, desde ambos lados de la trinchera se exige a los comuns que abandonen la ambigüedad. Ha empezado el #PressingColau.
Pero, ¿cuál es el debate interno en la formación? Esta semana las reuniones en el universo de los comuns se han alargado hasta altas horas de la madrugada, especialmente en la recién creada Catalunya en Comú. Los dirigentes coinciden en que el nuevo escenario planteado por Junts pel Sí los ha situado en una encrucijada, en la que tienen que dar respuesta (de forma urgente) a dos grandes temas: Validar o no el referéndum unilateral convocado por Puigdemont y definir el sentido de su voto. Las respuestas a ambas cuestiones son difusas y se han creado dos grandes bloques.
Jaume Asens, con su carta en Crític, ha dado el pistoletazo de salida para marcar perfil. Más concretamente, perfil independentista. Lejos de ser un verso suelto (como algunos puedan pensar), el cuarto teniente de alcalde abandera el ala soberanista de los comuns, que se estima alrededor del 30% de sus dirigentes.
A falta de conocer más detalles de la consulta, Asens acepta el timing marcado por Puigdemont y votaría a favor de la independencia el próximo 1 de octubre. Con él están alineados (aunque con matices) Elisenda Alamany, portavoz de Catalunya en Comú, Gemma Tarafa, Comisionada de Salud del Ayuntamiento, Marc Grau, jefe de gabinete de En Comú Podem en el Congreso, así como el economista Arcadi Oliveres o el urbanista Jordi Borja, presidente del Observatori DESC y referente intelectual de Ada Colau; entre otros.
El segundo bloque, formado por federalistas y confederalistas, apuesta por ganar tiempo y no quiere someterse a la hoja de ruta de Junts pel Sí. No en vano, está en juego la coalición con el PSC y la alcaldía de Barcelona. El segundo teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, es el principal valedor de esta posición.
A la espera de que Puigdemont dé más detalles del referéndum, este bloque defiende que la consulta no garantiza el reconocimiento internacional por parte de los estados, no se interpela a la mayoría de la sociedad catalana y no cumple con las garantías jurídicas para poder aplicar el mandato de la urnas. De momento, rechazan apoyar el referéndum tal y como está planteado.
Junto a Pisarello, en esta misma línea están la mayoría de dirigentes de Iniciativa per Catalunya; tanto en Barcelona (Janet Sanz y Laia Ortiz) como en Catalunya en Comú (Ernest Urtasun, David Cid y Marta Ribas); así como las exalcaldesas Candela López (Castelldefels) y Núria Buenaventura (Rubí) o el economista Vicenç Navarro; entre muchos otros. Sus tesis son mayoritarias.
Xavier Domènech, coordinador general de Catalunya en Comú, es consciente de que el reloj corre en su contra. Según ha avanzado el Diari Ara, el próximo 19 de junio se reunirá con Puigdemont, quien intentará conseguir el apoyo de los comuns dándole más detalles de los pasos previstos (y secretos) para celebrar un referéndum "con garantías".
Ada Colau, por su lado, no tiene intención de abordar la cuestión de forma pública y pretende centrarse únicamente en la política municipal. Desde algunos sectores de Catalunya en Comú, sin embargo, no están convencidos de que esta sea la mejor estrategia. No será hasta el 8 de julio cuando los comuns hagan pública su decisión final.
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