Tal vez nunca unas fiestas de La Mercè habían sido tan convulsas (no se entienda el adjetivo en sentido peyorativo). El advenimiento del Día D solo hace que multiplicar las expresiones sociales de distinto signo. Y, al final, actos y celebraciones terminan por adquirir un carácter reivindicativo que hasta ahora parece no tener símiles en las hemerotecas. Este mismo domingo, la tradicional comitiva de autoridades desde la Basílica de La Mercè hasta la plaça de Sant Jaume se ha visto teñida por los colores de las estelades, una banda sonora titulada 'votarem' y una escenografía de varías 'colles' de castellers formando pilares y desplegando pancartas a favor del referéndum.

GESTOS QUE HABLAN POR SI MISMOS

Sin embargo, la cordialidad institucional no parece brillar tanto como las últimas performances de claveles y piolines. Si bien el delegado del Gobierno, Enric Millo, sí ha saludado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, (aunque luego no ha participado en la comitiva), quien directamente no ha tendido su mano a la máxima representate política de Barcelona ha sido el inspector general del Ejército, Fernando Aznar Ladrón de Guevara. Este solo se ha limitado a asistir a la misa del arzobispo cardenal Joan Josep Omella y ha desaparecido en cuanto Colau ha hecho acto de presencia a las puertas del templo (ella, en cambio, no ha asistido a la misa católica, como tampoco lo hizo el año pasado).

La marcha de autoridades ha estado plagada de cánticos y diversa simbología partidaria del derecho a decidir (el cual todavía está suspendido cautelarmente por el Tribunal Constitucional). A pesar de ello (o por ello), la masa soberanista ha vuelto a marcar músculo y, mediante las collas de castellers, ha vuelto a protagonizar las instantáneas del día. De hecho, dificil resultaba hacer alguna fotografía sin que alguna bandera o pancarta se colara en el encuadre de las cámaras. Cuestión de perspectivas políticas sobre las que cabe destacar que en ningún momento han generado incidentes. Calma chicha.

FIESTA Y PROTESTA

En esta línea, Colau ha felicitado a los barceloneses por estar "combinando perfectamente el derecho a la protesta y el derecho a la fiesta". De hecho, la alcaldesa ha asegurado que en un momento "de crisis democrática", los barceloneses "están llenando las calles de la ciudad de manera festiva y reivindicativa y muy respetuosa con la diversidad de las ideas, que es una de las señas de identidad de esta ciudad".

Sin embargo, los partidos constitucionalistas ya han sacado punta a este tema. Por ejemplo, la presidenta del grupo municipal de Ciutadans, Carina Mejías, ha lamentado que “algunos la quieren politizar [en referencia a la fiesta mayor], dividiendo a barceloneses y catalanes”, mientras que el líder del PP en la ciudad, Alberto Fernández Díaz, ya lamentó el perfil soberanista de la pregonera, Marina Garcés, la cuál cree que se eligió "para congraciarse con el independentismo".

Sin embargo, las declaraciones públicas no han frenado las calles. En la misma plaça de Sant Jaume unas cinco pancartas con el lema “queremos votar” se han desplegado desde lo alto de los pilares de los castellers y la Casa Gran tampoco ha retirado la pancarta con el lema “més democràcia”. Toda una estampa fotográfica a la que ha terminado poniendo la guinda una estelada gigante y cientos de papeletas del referéndum al aire, lanzadas desde una azotea al más puro estilo transición. De hecho, algunas de estas podrían formar parte del millón que ANC y Òmnium aseguran haber repartido en Barcelona a lo largo de su 'Maratón por la Democracia'.

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OMELLA PIDE 'SENY', LOS PARTIDOS OBEDECEN (A SU MANERA)

Todos los grupos municipales de la oposición han hecho suya la petición de 'seny' que ha lanzado el cardenal Omella en la homilía, aunque cada uno ha sacado su propia interpretación del mensaje. El exalcalde Xavier Trias y presidente del grupo Demòcrata, ha declarado que el cardenal tiene razón y todos hemos de pedir "seny", pero ha precisado que la cordura no es "ni ser sumiso ni renunciar a tus convicciones".



Por su parte Carina Mejías ha considerado que esta llamada a la sensatez debe estar dirigida especialmente al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y el republicano Alfred Bosch ha asegurado que coincide "plenamente con las palabras del arzobispo cuando pide cordura a los políticos" y que el 'seny' "en democracia es dejar que la gente vote". 

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