La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha reorganizado el gobierno municipal, tras la ruptura del pacto de Gobierno con el PSC, y ha optado por reforzar a Gerardo Pisarello y Laia Ortiz. Además, ha decidido que Jaume Asens, una de las voces favorables al independentismo dentro del Ayuntamiento de la ciudad, pase a ser regidor del distrito de Sarrià-Sant Gervasi.
La nueva estructura municipal, que se parece a la que existía al inicio de la legislatura cuando Barcelona en Comú gobernaba en solitario, está formada por cuatro áreas de gobierno: Economía y Trabajo, Ciudad Digital y Relaciones Internacionales; Derechos Sociales; Derechos de Ciudadanía, Cultura y Participación y Transparencia; y Ecología, Urbanismo y Mobilidad.
Gerardo Pisarello pasará a ejercer buena parte de las funciones que hasta hace unos días venía ejerciendo Jaume Collboni, líder del PSC en el consistorio. Pisarello, primer teniente de alcalde y que dirige áreas como Economía y Trabajo, Ciudad Digital y Relaciones Internacionales, pasará a hacerse cargo de los asuntos relacionados con la promoción de la ciudad, las relaciones con la Fira, la Fundación Mobile, el Consorcio de la Zona Franca, con la Generalitat y el Gobierno central. También reemplaza a Collboni en la representación de Barcelona en las negociaciones por la candidatura de la ciudad a la Agencia Europea de Medicamento, aunque en este caso es por un muy breve periodo de tiempo.
Igualmente, dentro del ámbito de influencia de Pisarello queda el concejal de Turismo, Agustí Colom, que se hace cargo de las responsabilidades que deja la concejal socialista Montserrat Ballarín en Comercio y Mercados.
Por su parte, Eloi Badia, hasta ahora concejal de Presidencia y de Agua y Energìa, sustituye a Jaume Collboni en la presidencia de la principal empresa del Ayuntamiento, Barcelona Serveis Municipals (B:SM).
NUEVOS COMISIONADOS
Por su parte, Laia Ortiz asume el cargo dejado por la socialista Carmen Andrés en las políticas de ancianos, mientras que Miguel Àngel Essomba, comisionado de Educación, pasa a ser el responsable de Infancia y Juventud.
Una decisión importante es la de la incorporación del departamento de Cultura al área de Derechos de la Ciudadanía, que de esta forma pasa a depender de Jaume Asens, otro de los que ve aumentado su poder en el seno del consistorio, aunque las gestiones del área del cultura las llevará un comisionado que será nombrado el breve.
También regresa, en este caso a Deporte, Marta Carranza, que ya fue comisionada en este mismo cargo antes de que lo asumiera el socialista David Escudé, que ahora ha sido cesado.
En cuanto a Janet Sanz, continuará en su puesto de teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, aunque incorpora las funciones de presidenta del Instituto Municipal de Paisaje Urbano, al tiempo que asume la dirección de las políticas de patrimonio, que antes ostentaban David Mòdol.
CAMBIOS EN LOS DISTRITOS
La marcha de los miembros del PSC del equipo de Gobierno ha obligado a realizar algunos cambios en algunos de los distritos de la ciudad. Así, Gerardo Pisarrello, que no ocupaba la concejalía de ningún distrito, pasa a hacerse cargo del Eixample en sustitución de la socialista Montserrat Ballarín.
Jaume Asens, que tampoco estaba en ningún distrito, pasa a ser regidor del de Sarrià - Sant Gervasi, decisión que ha sorprendido en algunos sectores por el talante independentista mostrado por el concejal en diferentes ocasiones. Asens sustituye a Daniel Mòdol
Por su parte, Laia Ortiz es la nueva regidora del distrito de Sant Andreu en sustitución de Carmen Andrés.
La pregunta que ahora mismo se hacen en estos distritos es si estas tres personas, que han acumulado un gran poder y unas enormes obligaciones en el seno del Ayuntamiento, van a poder atender debidamente los asuntos de los distritos de los que son máximos responsables. Ya que, aunque la gestión diaria de la mayoría de ellos esté en manos de los gerentes respectivos, determinadas gestiones deben hacerlas los propios regidores. Y no será el primer distrito en el que algunos asuntos y proyectos se posponen durante demasiado tiempo por la imposibilidad del regidor de turno de atender debidamente los asuntos que requiere de su aprobación o, simplemente, de su firma.