Tras dos intentos fracasados de sacar adelante la funeraria pública en el pleno municipal, el gobierno de Ada Colau espera contar en febrero, cuando se celebrará el próximo consejo con todos los concejales, con los apoyos necesarios para aprobar la creación de la empresa. El concejal de Presidencia, Eloi Badia, ha dicho que espera que la funeraria sea ratificada con los votos de ERC, PSC, CUP y el regidor no adscrito, Gerard Ardanuy, con el objetivo de abaratar los costes de los entierros en Barcelona, que el Ayuntamiento sitúa en unos 5.000 euros. 

La comparecencia de Badia ante la prensa se ha producido cuatro días después de que ERC anunciara su abstención en la votación de los presupuestos a cambio de que el gobierno municipal dejara aparcada la idea de crear una funeraria hasta el 2022 (algo que publicaron casi todos los medios) y que pusiera en marcha el próximo verano un servicio de entierros baratos en Barcelona, a razón de 1.800 euros, que se hagan directamente desde los cementerios de la ciudad.

ERROR DE COMUNICACIÓN

Badia ha asegurado que la funeraria empezará a operar en 2020 y ha achacado a "un error de comunicación" la condición de aparcar la funeraria hasta el 2022 lanzada por los republicanos la semana pasada. Badia asegura tener garantizado el voto favorable de ERC en el pleno de febrero. De hecho, Colau y Alfred Bosch, líder de ERC en el Ayuntamiento, sí que han pactado poner en marcha este 2018 la rebaja de los precios de los sepelios propuesta por los independentistas.

Si no se producen retrasos, dentro de medio año, el Ayuntamiento quiere ofrecer un entierro por 1.800 euros que incluíria la recogida del cuerpo, el traslado, el ataud y la ceremonia. La idea es que los oratorios de los cementerios públicos de la ciudad acojan la ceremonia y un velatorio de pequeño formato. La tarifa no incluye el velatario en el sentido tradicional, y quien lo quiera tendrá que pagar otros 600 euros más, hasta 2.400 euros. En este servicio tampoco estaría incluida la tasa de cementerios, unos 300 euros más.

¿APOYO SOCIALISTA?

Badia confía tener en febrero el apoyo de la CUP, el concejal no adscrito y el PSC para que la funeraria sea una realidad. Aunque en plena guerra enre Colau y Jaume Collboni por la negativa socialista a abstenerse en los presupuestos, lo que abocará a la alcaldesa a una moción de confianza para aprobar las cuentas para el 2018, ya se verá que hace finalmente el PSC con la funeraria pública. "Hay muchas dudas todavía por resolver", afirma un portavoz del PSC. 

Este lunes, tras la comparencia de Badia, fuentes socialistas manifestaron estar a favor de abaratar los precios, pero quieren ver cómo se hace y que la opción escogida no signifique una pérdida de puestos de trabajo ni acabe costando más dinero al contribuyente por falta de rigurosidad.

Los planes municipales para crear una funeraria pública pasan también por vender el 15% de participaciones que el Ayuntamiento tiene de Serveis Funeraris de Barcelona. El 85% del accionariado lo tiene Mémora, empresa que junto a Áltima se reparte actualmente gran parte del mercado barcelonés.

En diferentes ocasiones el consejero delegado de Mémora, Juan Jesús Domingo, ha manifestado que la apertura de una funeraria pública no garantizará unos mejores precios de los servicios funerarios.

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