El proyecto de Ada Colau (Bec) de crear una funeraria municipal con el objetivo de conseguir rebajar los precios de los sepelios en Barcelona va camino del naufragio total. La propuesta forma parte del orden del día del plenario de mañana pese a que ya recibió un severo correctivo el pasado mes de marzo cuando fue rechazada mayoritariamente por la oposición en la comisión de Presidencia. Y lo curioso es que nada ha cambiado desde entonces. Ni se ha abierto un debate ni se ha negociado con el resto de grupos municipales, todavía estupefactos por la sorpresiva maniobra de la alcaldesa.

O Colau no ha hecho bien las cuentas o es que guarda un as en la manga, porque ariméticamente es imposible que la funeraria municipal prospere. Hasta ahora ya han confirmado su voto en contra del proyecto los grupos municipales Demòcrata (PDeCAT), Ciutadans (Cs), ERC y PP ya han anunciado a bombo y platillo su rechazo frontal a la iniciativa, con argumentos dispares. Juntos suman 23 concejales, dos por encima de la mayoría absoluta del pleno. No puede obviare que BeC gobierna con 11 nimios concejales.

El revés a Colau será doble porque todos los partidos antes mencionados también han hecho publico que se oponen a que el ayuntamiento venda el 15% de las acciones que posee de la empresa semipública Serveis Funeraris de Barcelona (SFCB), una operación que se calcula que podría aportar a las arcas municipales unos 28 millones de euros.

SIN AVANCES DESDE HACE MESES

El rechazo en bloque a la funeraria pública también podría leerse como una llamada de atención de aquellos grupos que han tendido la mano a Colau para echarle un cable con el gobierno de la ciudad -léase PDeCAT y ERC- después de la ruptura con el PSC. Porque resulta llamativo que la alcaldesa haya conseguido arrancar un sólido y mayoritario acuerdo con el principal partido de la oposición (el PDeCAT de Trias) para impulsar las nuevas ordenanzas de Servicios Funerarios y Cementerios pero se haya estrellado con su proyecto de funeraria al mantenerlo “de forma unilateral”. “No ha habido avances en este tema desde hace meses”. este no es el camino" ha reconocido la portavoz adjunta del PDeCAT, Sònia Recasens.

Detrás del 'suicidio' de llevar al plenario una propuesta que no tiene apoyos hay quien ve una mera maniobra populista de la alcaldesa. Entre ellos, la propia Recasens, quien ha calificado la operación como “una pátina” de Colau para intentar 'vender' a los suyos que “van a bajar los precios de los servicios funerarios”. “Es un ejercicio de demagogia para engañar a la ciudadanía y hacer propaganda”, ha subrayado Recasens. “Es surrealista pretender influir en las tarifas funerarias abriendo entre cuatro y seis salas de vela públicas en un mercado que dispone de 90 salas” en Barcelona, ha insistido la portavoz demócrata.

Ciutadans también ha anunciado que vota en contra de la funeraria pública porque lo que defiende que se fomente “la competencia” con la incorporación de más operadores de servicios funerarios, algo que, según un portavoz de Cs “haría bajar los precios”. El presidente del Grupo Municipal del PP, Alberto Fernández Díaz, también votará contra la funeraria de Colau “porque no nos merece la menor garantía” y no cree que sea una buena medida para bajar los precios y mejorar la calidad del servicio.

 

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