"Somos la izquierda (som l'esquerra)" es el último eslogan escogido por Pedro Sánchez para marcar diferencias entre los socialistas y Podemos. Coincidiendo con esta campaña, el PSC anunció que dejaba la histórica sede de la calle de Nicaragua de Barcelona y se instalaba en la del Pallars. El motivo de la venta del edificio de Les Corts no es otro que intentar mitigar la deuda del partido, de unos 12 millones de euros. La venta de la finca de Nicaragua se materializó por 10 millones.
Sin embargo, el traslado al Poblenou tiene una connotación ideólogica importante. El PSC abandona un barrio de voto conservador y se instala en un distrito progresista, Sant Martí, con una larga tradición de voto de izquierdas. Ahora, el PSC juega en casa. "Por nuestra ideología de izquierdas, nos corresponde más estar en un barrio obrero. Hasta 2015, el PSC siempre se impuso en el distrito", dice el exregidor socialista, Francesc Narváez. Estuvo 20 años como regidor de gobierno en el Ayuntamiento y 16 de ellos los pasó al frente del distrito de Sant Martí, entre 1995 y 2011.
Toda la remodelación postolímpica de Sant Martí se hizo bajo el mandato de Narváez, con la prolongación de la Diagonal desde Glòries hasta la Rambla de Prim, la reforma del frente marítimo y la construcción del Fòrum como algunos de los principales logros de gobierno. También se inició con el PSC en el consistorio la transformación del Poblenou en el distrito 22@, un nuevo polo de empresas todavía por culminar. Durante ocho años, entre 2003 y 2011, Narváez trabajó mano a mano con el gerente Víctor Gimeno.
La sede del PSC, que ha costado unos cuatro millones, se encuentra en la calle del Pallars esquina con la de Roc Boronat. El nuevo edificio del PSC, con una fachada de laminas metálicas y cristal, contrasta con la finca medio en ruinas colindante, que recuerda el pasado fabril del Poblenou, donde todavía se pueden encontrar numerosos solares y fábricas medio derribadas y en desuso.
De hecho, años atrás la casa del socialismo catalán fue una fábrica de suministros eléctricos. "El desnivel de la entrada era el antiguo muelle de carga", explica el coordinador de comunicación de los socialistas, Manel Fran. A pocos metros de la casa socialista, una chimenea invita al ciudadano a viajar a la Barcelona industrial del siglo XIX. Perteneció a la fundició Mateo Giralt, que acabó convirtiéndose en una fábrica de pinturas
3.200 METROS CUADRADOS
El nuevo edificio, bautizado con el nombre de Casal Socialista Joan Reventós, en honor al fundador del PSC y expresident del Parlament, ocupa tres pisos y un subterráneo, 3.200 metros cuadrados frente a los más de 4.700 que tenía el edificio de Nicaragua, donde, al parecer, se van a construir pisos de lujo. En la planta a pie de calle, está la parte más pública, con las salas de prensa y de la Ejecutiva Nacional, y el auditorio Ernest Lluch, "donde se celebrarán los Consells Nacionals y las noches electorales", cuenta Fran.
En el PSC trabajan diariamente 46 personas. En la primera planta se encuentra administración, informática y recursos humanos. Francesc González, el jefe de informática, trabaja con los socialistas desde 1986. De la nueva sede, Francesc destaca la proximidad. "En Nicaragua, para ver a un compañero tenías que ir a otro piso. En cambio, aquí estamos mucho más cerca". Todas las plantas son amplias y diáfanas, con dos grandes terrazas que dan a la parte trasera del edificio y a la calle del Pallars, respectivamente.
Francesc establece cierta similitud entre Les Corts de hace más de 30 años --la sede Nicaragua abrió las puertas en 1980-- con el Poblenou actual. "En Les Corts, cuando nos instalamos, las calles estaban sin asfaltar, la calle de Nicaragua no llegaba a la Diagonal y alrededor de la sede había viejas fábricas. Ahora sucede lo mismo en el Poblenou. Es un barrio que se está expandiendo", relata. El concejal Jaume Collboni dice que la nueva sede socialista abre en "un polo de atracción de talento, cultura y enprendeduría".
El transcurrir entre planta y planta se hace con un amplio montacargas renovado. El lavado de cara es evidente, pero la velocidad del ascensor es del siglo pasado. La subida hasta la planta noble se hace larga. Allí se encuentran el espacio de las juventudes socialistas, la Fundació Rafael Campalans, algunas mesas que ocupan los diputados o cargos electos cuando se dejan ver por la sede y los despachos del secretario de organización, Salvador Illa, y del primer secretario, Miquel Iceta. El despacho de Iceta está vacío. Es amplio. Y a diferencia de otros espacios del edificio ya está totalmente reformado.
Junto la mesa de trabajo de Iceta, cuelga uno de los últimos lemas del PSC: "Per una Catalunya millor en una Espanya diferent", se puede leer. En la pequeña librería del despacho, el primer secretario socialista tiene otro de sus mensajes de cabecera: "Catalunya es mereix un bon govern", que acompaña de una placa del Parc Joan Raventos y de una divertida caricatura suya.
La sede de Nicaragua fue famosa por los distintos árboles frutales que plantó el exsecretario de organización, Josep Maria Sala. "Los recogimos en ferias como las de Sant Boi o Molins de Rei. Llegamos a tener unos 25 --recuerda Sala en conversación con Metrópoli Abierta--. Un melocotonero, un ciruelo. Hasta un par de cerezos". Algunos se han trasladado a la nueve sede, pero se encuentran tan pelados que cuesta reconocer el tipo de árboles que son. Otros se quedaron en Nicaragua. Eran demasiado grandes.
Los empleados se trasladaron el 22 de enero a la sede del Poblenou con las reformas sin terminar. Estos días, la actividad es frenética y los operarios se apresuran a dejarlo todo listo para la inauguración, a la que no se espera al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la jornada de puertas abiertas de este domingo, 18 de febrero, "La próxima semana todavía quedará pulir algunos detalles", subraya Fran.
El PSC parece que ha virado de nuevo a la izquierda en el Poblenou. "Som l'esquerra", reza el rótulo.