El pleno municipal de Barcelona ha aprobado este viernes, con la sola abstención de la CUP, la implementación de un plan de choque urgente contra el 'sinhogarismo', una propuesta de Ciudadanos que reclama incrementar el número de trabajadores de los servicios de inserción social, orientar a las personas que viven en la calle y en asentamientos, aumentar las plazas de centros residenciales y los servicios de higiene, comedores sociales y accesibilidad al transporte.
Los argumentos de Ciudadanos estaban avalados por la realidad palpable que se vive en Barcelona y, desde luego, por los datos exhibidos: durante el mandato de BComú, en Barcelona hay 792 personas más sin hogar (para un total de 3.591), lo que supone un aumento del 37% más de personas durmiendo en la calle. Además, los asentamientos han crecido un 23%.
Estos datos han sido tenidos más en cuenta por los diferentes grupos municipales que los presentados por Bcomú, evidentemente contradictorios con dichas cifras.
Antes de la votación, la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, ha recibido un torrente de críticas por parte de casi todos, que la han acusado de no haber implementado soluciones para solucionar el problema de los 'sin techo'. Y ello a pesar de que ha defendido que, en sus tres años de mandato, el Gobierno municipal ha aumentado el número de profesionales en servicios de inserción social, en plazas en albergues y en flexibilidad horaria, y que están trabajando para un refuerzo permanente.
No han servido de nada sus argumentos ante el frente común de los otros grupos: Marilén Barceló (Cs), Maite Fandos (PdeCAT), Montse Benedí (ERC), Carmen Andrés (PSC), Javier Mulleras (PP) y también el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy.
En defensa de la propuesta de su partido, Marilén Barceló, concejal de Cs, había asegurado antes de Ortiz que Barcelona está “en riesgo de pobreza” y que aumentan los asentamientos irregulares y las personas sin recursos. Tras lo cual, ha exigido un plan de choque inmediato para abordar el 'sinhogarismo'. En este sentido, ha sido muy crítica con el Gobierno municipal, al que ha llegado a preguntar si realmente conoce las condiciones de las personas que viven en asentamientos.
Cada uno a su manera, el resto de partidos ha acabado avalando la propuesta de C's, y en el momento de la votación, el único grupo que no se ha mojado ha sido la CUP, cuya concejal, Maria Rovira, ha justificado la abstención de su partido diciendo que “es cínico que Cs proponga un plan para abordar el 'sinhogarismo', cuando paralelamente se niegan a regular el precio del alquiler”.