Las semillas plantadas por el anterior alcalde, el convergente Xavier Trias, le dieron buenos resultados: las empresas vinculadas a los familiares de Artur Mas viven sus mejores momentos históricos a pesar de que el actual Ayuntamiento está dirigido por Ada Colau, un activista de izquierdas que prometió transparencia o mano dura con las operaciones sospechosas.

Pero desde entonces ha llovido mucho: millones de euros se han canalizado hacia determinadas empresas desde el año 2015. Sólo la sociedad VASS se embolsó, desde julio del 2015, dos meses después de que Colau llegase a la alcaldía, un total de 4,3 millones de euros en contratos, todos ellos adjudicados a dedo. Metrópoli Abierta ha destapado este viernes, los contratos municipales de los que se ha beneficiado el exministro de Aznar, Eduardo Serra.

Esta empresa está bajo la lupa de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, ya que comenzó a facturar con el Gobierno catalán a partir del 2011. Pasó de no tener adjudicaciones a un macrocontrato de 52,7 millones de euros, ya con Artur Mas en el poder. Claro que poco antes la sociedad había nombrado directora para Catalunya a Eugenia Menéndez, sobrina política del entonces presidente de la Generalitat. 

Hasta el año 2011, esta sociedad apenas tenía contratos con la Administración. De hecho, sólo había logrado dos pequeños contratos con el tripartito que totalizaban 183.000 euros en toda su historia. Pero una vez Mas alcanzó la presidencia de la Generalitat, entró en la primera división de las empresas contratistas con la Administración. Y, paralelamente, empezó a firmar contratos con el Ayuntamiento de Barcelona, presidido entonces por el convergente Trias y con las cuentas manejadas por su mano derecha, Antoni Vives, que había sido la mano derecha de Mas en la última etapa del Gobierno de Jordi Pujol. Vives era el cerebro en la sombra, por algo fue detenido el año pasado en el marco de la operación 3%, la que investiga las supuestas mordidas a Convergència de empresas adjudicatarias de contratos públicos.

SE DISPARA LA FACTURACIÓN

Con Vives en la Administración local, las empresas en las que tenían cargos directivos familiares de Artur Mas comenzaron a facturar con el Ayuntamiento de Barcelona de un modo importante. Una de estas empresas fue VASS, que había fichado poco antes como directora en Catalunya a Eugenia Menéndez, que en realidad es sobrina carnal de Helena Rakosnik, la esposa del expresident.

En la Administración local, VASS recibió suculentos contratos. En el último año en que Trias fue alcalde, esta empresa, que estaba bajo la lupa del sector por los contratos que se estaba adjudicando, recibió más de 1,2 millones de euros de fondos públicos del Ayuntamiento. En el sector, se escandalizaban porque no tenía personal ni medios para realizar los encargos. Pero fichó a un equipo de profesionales de la competencia para acallar los rumores y neutralizar cualquier denuncia ante los tribunales y un previsible escándalo político.

Desde el 2015, fecha de las últimas municipales, VASS recibió suculentos contratos, como los relativos a las apoyos recurrentes y evolutivos de los sistemas de información de Intenet, el relativo a mantenimiento de los entornos de la web del Ayuntamiento o diversas ampliaciones de servicios, que le reportaron 720.000 euros anuales. El año pasado, por cuatro contratos (dos de ellos por servicios de migración de la intranet, otro por el desarrollo funcional de un programa y un último por la adaptación del ecosistema de herramientas, la compañía de Menéndez se embolsó casi 310.000 euros.

EL GRUPO DEL CUÑADÍSIMO

Parecida suerte corrió el grupo en que contrató a Joan Antoni Rakosnik, cuñado de Artur Mas. Seidor y sus empresas filiales comenzaron a disparar su facturación con las administraciones (tanto la Generalitat como el Ayuntamiento liderado por Trias). Según las cuentas del Ayuntamiento, la sociedad Seidor, de la que Rakosnik es alto cargo, facturó al Ayuntamiento sólo el año pasado 1.127.328,59 euros por siete contratos. Otra sociedad del grupo, Seidor Consulting, se embolsó otros 929.682,50 euros por cinco contratos. También SBS Seidor logró 43.822,52 euros. E Innodavag se embolsó 21.392,80 euros por otro contrato. Otra de sus empresas, Trinitech Europe, se llevó 41.606,94 euros. Y Microsistemes, filial también, alcanzó un facturación de 1.072.611,66 euros por seis contratos en el último ejercicio. En resumen, más de 3,2 millones de euros en un solo año.

Es cierto que, en 2015, cuando Colau llegó a la alcaldía, Seidor y VASS ya eran proveedoras habituales del consistorio gracias a los buenos oficios del equipo de Convergència que comandaba el Ayuntamiento. Con el equipo gestor cuando el consistorio estaba en manos de los socialistas, los contratos no llegaban, pero cuando CiU llegó al poder se produjo un cambio de 180 grados. Comenzaron a canalizarse millones de euros hacia los dos grupos de empresas vinculadas a familiares de Artur Mas.

Sólo entre enero de 2014 y mayo del 2015, el grupo Seidor se embolsó más de 2,7 millones de euros. Y, a partir de entonces, las facturaciones no fueron a menos: al revés, se multiplicaron. Ahora están bajo sospecha y la oposición mira las adjudicaciones con lupa, porque desconfía de que las adjudicaciones de tantos contratos a dedo no son todo lo transparentes ni indulgentes que podrían parecer a primera vista. Porque no es que todo sea fruto de concursos públicos, ya que la mayor parte de los contratos se otorgan sin concurso, o sea, por el procedimiento digital: el que vale es el dedo del responsable de turno. Según el PP, el 95% de los contratos municipales son a dedo.

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