Collboni: “Colau genera frustración en Barcelona”
El líder socialista dice que la capital catalana debe escoger “qué turistas quiere”
14 julio, 2018 21:28Noticias relacionadas
Jaume Collboni intensifica su presión a Ada Colau. Antiguo socio de gobierno de la alcaldesa, hasta que los comunes rompieron con el PSC en noviembre de 2017, se ha convertido en la voz más crítica del Ayuntamiento. A 11 meses para las elecciones municipales, Collboni pide más gestión al gobierno actual y denuncia que “Colau ha generado una gran frustración en Barcelona”.
Durante su visita a la nueva redacción de Metrópoli Abierta, Collboni recalca que “cuesta encontrar una transformación de la ciudad en los últimos tres años, más allá de los carriles bici y las superillas”. “Colau generó grandes expectativas entre las familias trabajadoras, que esperaban grandes cambios en temas clave como la vivienda, pero ha cometido el error de parar la máquina del Ayuntamiento”, añade el dirigente socialista.
MENOS PISOS SOCIALES
El concejal, por ejemplo, denuncia la (no) política de vivienda de los comunes. Asegura que Jordi Hereu construyó 4.000 pisos sociales durante el último mandato socialista y cifra en 700 las viviendas del actual gobierno. Es decir, 3.300 menos. “En una economía de mercado, el Ayuntamiento debe contribuir a poner oferta para que bajen los precios, no paralizar la promoción de vivienda social”, remarca Collboni.
El debate sobre el turismo, que representa el 14% del PIB de Barcelona, también preocupa al concejal del PSC, preocupado por el impacto negativo que puedan tener todos los brotes de turismofobía en la ciudad. “La clave”, expone Collboni, “es que Barcelona pueda escoger qué turistas quiere”. “Y los turistas deben ser respetuosos con nuestra cultura y costumbres”, incide.
LA INDUSTRIA TURÍSTICA
Collboni pide diálogo entre todos los agentes implicados y afirma que “la industria turística ya ha superado la etapa del resultadismo”. “Es preferible tener mejor turismo que más turistas”, enfatiza el dirigente socialista, partidario de incrementar y equiparar la taxa turística a la de otros países, “como Italia y Estados Unidos, para financiar proyectos comunitarios, culturales y deportivos”. La caída del turismo de congresos también penaliza a una Barcelona que, poco a poco, intenta recuperarse de la inseguridad política que vivió la capital catalana en el último trimestre de 2017 y que también intenta recuperarse de un primer trimestre de 2018 muy flojo.
“El Ayuntamiento tiene que ir a la caza de los grandes eventos. El problema es que no saben gestionar la ciudad, que mueve 2.600 millones de euros anuales. Barcelona es un transatlántico y los comunes no han pilotado un barco pequeño, no han estado en la sala de máquinas ni saben a qué puerto ir”, insiste Collboni.
LOS RECORTES DE COLAU
Collboni se ha mostrado muy beligerante en los últimos días con las políticas económicas del Ayuntamiento. Lamenta que los comunes prioricen sus dogmas a las necesidades económicas de la ciudad y ha ocasionado un gran terremoto en el consistorio al denunciar que los recortes en dos años alcanzarán los 107,5 millones de euros. Entre las obras paralizadas o ralentizadas cita la Rambla de Vallcarca, la reforma de la antigua fábrica de Fabra i Coats, la Biblioteca de Sarrià, la reforma de la Rambla y el túnel de Glòries.
"¡Que enseñen los números reales si dicen que los nuestros están desfasados!", dice Collboni, tras afirmar que "hay un gran desmadre entre los ingresos y los gastos, y, lamentablemente, han prometido cosas que no pueden hacer por falta de dinero". El concejal, asimismo, cuestiona la animadversión de los comunes con algunos sectores económicos de la ciudad y su "falta de planificación y gestión".
LAS LÍNEAS ROJAS DEL FUTURO
El líder del PSC lamenta que “Barcelona ha perdido grandes oportunidades” desde que Colau ganó las elecciones de 2015. “La ciudad prospera gracias al tejido empresarial y a la iniciativa ciudadana, pero el gobierno ha sido muchas veces un obstáculo para el progreso de Barcelona”, explica Collboni.
La cuenta atrás para las elecciones municipales ya ha comenzado, pero la carrera se intensificará a partir de septiembre. Todavía se esperan muchos movimientos de las fuerzas políticas tradicionales y algunas plataformas. Previsiblemente, no habrá una mayoría estable y Collboni es partidario de rescatar la cultura de “los acuerdos y pactos” en el consistorio. El líder del PSC espera que se vote en clave ciudadana y no identitaria. No descarta futuras alianzas, pero deja claras sus líneas rojas: “No queremos interferencias por el debate independentista ni haremos concesiones populistas baratas”.
El PSC y Collboni esperan acontecimientos. Están pendientes, por ejemplo, de la irrupción de Manuel Valls, que sigue buscando apoyos políticos y financieros. El exprimer ministro francés es una figura muy mediática y los socialistas ya se han desmarcado de una candidatura transversal del bando constitucionalista. En junio de 2019, los socialistas quieren que Barcelona, y no el procés, monopolice todo el debate político.