Del dicho al hecho va un trecho. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, había dicho, cuando fue elegida, que seguiría utilizando transporte público y había teorizado mucho sobre esta cuestión. Es más, cuando llegó al Ayuntamiento, se quiso desembarazar del vehículo oficial que sus antecesores habían utilizado, que era un Audi. La alcaldesa prefirió jubilar al de los cuatro aros e hizo que el Ayuntamiento asumiese el alquiler de un monovolumen de 7 plazas. Se trataba, eso sí, de un Seat Alhambra, un vehículo fabricado en Catalunya.
Fue una iniciativa muy gráfica, más destinada a la galería que a la propia gestión del consistorio. Pero también fue una medida muy efectiva, porque Colau aseguraba que el monovolumen sería mucho más práctico y en él podrían viajar miembros de su equipo junto a ella. De hecho, lo que hacía en ese momento la alcaldesa era un gesto que saldría más caro a la ciudadanía, porque el automóvil que utilizaba hasta entonces Xavier Trias era propiedad municipal y el coche de Colau debería ser de alquiler, lo que supondría un gasto extra.
Pero nada es como lo pintan. Primero, porque el coche no fue alquilado, sino comprado a través de un renting. Eso supuso un importante desembolso para el consistorio. Mientras tanto, el Audi A6 que utilizaba su antecesor era destinado a la unidad de protección, aunque para casos muy especiales. De hecho, la unidad de protección de la alcaldesa se mueve en dos automóviles muy diferentes: un Seat León y un Nissan Pulsar.
El famoso monovolumen de Colau, sin embargo, pasó pronto a ser historia. En la relación de vehículos del Ayuntamiento, figura un Seat Alhambra para uso exclusivo de la alcaldesa. Pero no es un movolumen, sino un turismo. Ello quiere decir que es un vehículo de cinco plazas, similar a cualquier otro y de prestaciones similares al Audi que Colau aparcó.
EL MONOVOLUMEN, PARA LOS CONCEJALES
Fuentes de la oposición señalan a Metrópoli Abierta que “existe el rumor de que ha comprado un segundo Alhambra, pero nadie del equipo de gobierno quiere decir nada al respecto”. En el censo de coches del consistorio, no obstante, se despejan las dudas: Colau viaja en un turismo oficial y no en el monovolumen con el que se hizo la foto del inicio de la legislatura. A la alcaldía sólo están adscritos el Audi 6 que tenía Trias, el turismo oficial de la alcaldesa y los dos coches de la unidad de protección.
El monovolumen que compró en el 2015 pasó a ser, el año pasado, un vehículo “polivalente” que da servicio a la “alcaldía, concejales y concejalas, visitas de las delegaciones y apoyo”. En otras palabras, que el coche no está para el servicio de la alcaldesa, sino del resto del personal, de las visitas y para oficiar como vehículo de apoyo cuando hace falta.
Al margen de que los concejales puedan utilizarlo en determinadas ocasiones, para éstos hay contabilizados un total de 11 automóviles. Todos ellos son turismos: cinco son Seat León híbridos de gasolina y gas natural comprimido y otros seis son Seat Leaf eléctricos. Para los servicios técnicos, están asignados cuatro automóviles más: un furgón Ford Transit a gasoil y otro Nissan NV200e eléctrico para la logística y el mantenimiento de los talleres municipales; y dos furgones ligeros Fiat Fiorino híbridos de gas natural comprimido y gasolina. Una de estas furgonetas es para la sección de mantenimiento y otra para el servicio de Actas y Notificaciones.
538 VEHÍCULOS PARA LA GUARDIA URBANA
Al margen, el consistorio tiene en propiedad un turismo histórico, un Renault 1908 de gasolina, utilizado como vehículo de representación institucional en actos lúdicos. En total, el Ayuntamiento barcelonés utiliza 20 vehículos, de los que sólo dos son en propiedad (el histórico y el Audi A6 en el que viajaban los anteriores alcaldes). El resto han sido adquiridos por contratos de renting.
Otra cosa es la flota de la Guàrdia Urbana, que asciende a 538 vehículos. De ellos, 126 son turismos Seat Altea con el logotipo de Cuerpo, mientras que otros 27 no llevan ningún distintivo. También tiene 87 Yamaha XMAX 250; 46 Honda 1300; 44 Honda Forza 250; 33 Honda FE 250 y 30 BMW C-Evolution. La flota tiene, en total, 67 motos, 235 escúters 177 turismos y 47 furgonetas (contabilizando todos los vehñiculos).
Los urbanos también tienen a su disposición dos lanchas con el logotipo del Cuerpo; quince motos de montaña Yamaha Wr250R; tres quads; un tractor; diez furgones oficina; doce furgones reforzados; 25 furgonetas; seis remolques; tres todoterreno Mitsubishi; y un todoterreno Toyota RAV 4.