Una vez más, y van unas cuantas a lo largo del actual mandato municipal, el gobierno de Ada Colau se ha quedado solo. O casi. Pasó con la conexión del tranvía por la Diagonal, la puesta en marcha de la funeraria pública y la multiconsulta, que acabó en un sonoro fiasco. Ahora Colau se queda sola en la defensa de las cuentas municipales y en asegurar que no habrá recortes en las inversiones y el gasto corriente en la ciudad. El primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello solo reconoce unos posibles reajustes del 1% cuando los datos de la oposición -los únicos que se tienen- indican que habrá recortes en inversiones por valor de 107,5 millones de euros entre 2018 y 2019.

En un pleno extraordinario, la oposición ha aprobado intervenir las cuentas de Colau. El pleno ha decidido poner en marcha una comisión no permanente para el seguimiento de las inversiones previstas. A poco más de 10 meses de las elecciones, la decisión se puede convertir en un martirio para los comuns. Asimismo, los grupos de la oposición han acordado reprobar la gestión del gobierno en materia de inversiones -la segunda en pocos meses tras la de abril por la crisis de los narcopisos del Raval- y han aprobado un texto en el que se lamenta la falta de previsión y transparencia del gobierno municipal, y una mala gestión de los recursos que comportarán millones en recortes. Colau no tuvo en cuenta una caída de las ingresos, entre otros aspectos por los cambios de criterio en la recaudación del impuesto de la plusvalía.

"ILÍCITO E INDECENTE"

En la intervención de Pisarello se esperaba que el primer teniente de alcalde diera cifras, algún dato que contrarrestara las cifras hechas públicas por el PSC. Pero no ha sido así. El primer teniente de alcalde ha dicho que es "ilícito e indecente" hablar de recortes cuando su gobierno invertirá 800 millones más de lo que hizo el alcalde Xavier Trias. Pisarello solo ha reconocido que la disminución de ingresos podría ocasionar frenar un 1% de las inversiones de un presupuesto de 2.600 milones y ha acusado a los socialistas de mentir. Aunque no ha ofrecido ningún dato concreto, más allá de hablar de algún proyecto que se retrasará como la ampliación de la Casa Golferichs, en el Eixample. Una vez más, Pisarello se ha escondido detrás de la deuda que la Generalitat y el Ayuntamiento mantienen con la ciudad. Es cierto que la hay. Alrededor de unos 800 millones, según los datos del teniente de alcalde, entre las dos administraciones. Pero no es nueva.

La oposición ha acorralado al gobierno de Colau. Mejor dicho ha acorralado a Pisarello porque la alcaldesa en lugar de dar la cara se ha escondido. El regidor del PDeCAT, Raimond Blasi, lo ha definido a la perfección: "En el pleno escuchando el discurso de un populista acorralado abandonado por su mentora". Son muchas las fuentes que indican que Pisarello puede perder peso -por decirlo suavemente- en la lista que los comuns presentarán a las próximas elecciones municipales.

La responsable económica de Trias, la regidora del PDeCAT Sònia Recasens, que dejó las cuentas municipales saneadas, ha cargado con dureza contra Colau y su equipo. "A 10 meses de acaba un mandato no se reprograma, lo que se hace es recortar para que no haya déficit. Ha sido incapaz de venir aquí y dar explicaciones. Están poniendo en riesgo las finanzas municipales y en consecuencia las políticas sociales. Quedan reprobados, fiscalizados". Hace unos días, el PDeCAT ya exigió transparencia a Colau.

NÚMEROS ROJOS

Los primeros que denunciaron los recortes del gobierno de Colau fueron los socialistas. El líder del PSC en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, ha instado a Pisarello a decir "si el consistorio está en números rojos por primera vez desde hace décadas". Collboni ha acusado al gobierno de haber roto el principio de prudencia y de equilibrio que deben tener las cuentas municipales y ha insinuado que si los comuns no están poniendo cifras de recortes encima de la mesa es porque "no saben qué tijeretazos tiene que aplicar". Dicho de otra manera, no se aclaran con los números.

Desde las filas de ERC, Alfred Bosch aprovecha la menor ocasión que se le presenta para atizar a los comuns. "Algo pasa y ustedes no lo explican con claridad", ha soltado el edil a Pisarello y Colau. Según Bosch, el gobierno no ha mostrado ningún documento que contrarreste el que plantea recortes por valor de 107,5 millones. "No queremos un debate terminólogico. Queremos la verdad", ha dicho el líder republicano, que ha terminado a Pisarello que se escudara en los recortes de Artur Mas en la Generalitat, hace unos años, para esconder los suyos. Bosch ha calculado una bajada en el gasto corriente de un 5% y en inversiones en educación de 7 millones. 

El discurso del PP lo ha llevado el regidor Javier Mulleras. El jefe de filas popular, Alberto Fernández, no ha asistido al pleno por el fallecimiento de su hermano. Según Mulleras, el Ayuntamiento y la ciudad llevan "dos semanas instalados en la opacidad y la confusión". "Cogió las cuentas saneadas y las dejará en luces rojas. Estamos a 20 de julio y todavía no ha publicado las cuentas de junio. Esto genera desconfianza en la ciudadanía". 

SIN PREVISIONES

Desde Ciutadans, Carina Mejías ha recriminado a Colau que no tuviera en cuenta la caída de ingresos prevista en el impuesto de la plusvalía, después de la sentencia del Tribunal Constitucional, y no hiciera una provisión de fondos. Según Mejías, ahora con Colau, los barceloneses pagan más impuestos, que en tiempos de Trias. Ciutadans ha iniciado este viernes, coincidiendo con el pleno de este viernes, una campaña en las redes sociales en la que recuerda los recortes de Colau. Entre las paralizaciones previstas, recuerda Ciutadans, está el proyecto de reforma de la Rambla, que se verá afectado por un tijeratazo de un casi un millón de euros.  

Hasta la CUP, en ocasiones próxima a las tesis de Colau, ha criticado la gestión que el gobierno municipal está haciendo de los recortes. Según la regidora Eulàlia Reguant, no se ha explicado con claridad cuál es la situación real de las cuentas del Ayuntamiento. Reguant ha instado a priorizar y a garantizar los derechos de las personas y a recortar en aquellas inversiones menos necesarias. La regidora no se ha estado de lanzar un dardo envenenado a Collboni, a quien ha recordado que el PSC, en noviembre de 2017, aprobó la previsión de presupuestos que ahora están en entredicho cuando formaba parte del gobierno.

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