Aunque todavía se resiste a anunciar lo inevitable, ser candidato a la alcaldía de Barcelona con el aval de Ciudadanos, Manuel Valls está cada día más puesto en ese papel que algunos le auguran: gobernar la ciudad en la que nació.
“Barcelona es una de las grandes ciudades de Europa, podría ser la capital mediterránea del Sur del continente y debería aspirar a ser una de las voces cantantes en todo el mundo”, ha dicho este jueves, alto y claro, Valls, que pretende liderar una plataforma "transversal".
“Tiene que volver a ser la Barcelona que recuerda (Mario) Vargas Llosa: una ciudad cosmopolita, abierta al mundo, faro de la cultura, acogedora de gente y de talento. Pero para eso tiene que superar el relato independentista que en estos momentos azota Catalunya y construir el suyo propio, dentro de España y de una Europa que necesita que Barcelona vuelva a ser capital”, ha reflexionado.
AUTOR DEL PRÓLOGO
Este jueves, el que fuera primer ministro francés ha vuelto a pronunciarse sobre cómo ve y cómo querría que fuese Barcelona con ocasión de la presentación del libro ‘Anatomía del procès. Claves de la mayor crisis de la democracia española', del que ha escrito el prólogo.
Se trata de una obra coral de Ediciones Debate, con epílogo del ministro de Exteriores Josep Borrell -aceptó el encargo antes del nombramiento- y que incluye reflexiones de reconocidos intelectuales, así como de Astrid Barrio, Lluís Bassets y Joaquim Coll, que han participado también en el acto de presentación junto al moderador Manel Manchón, director adjunto de Crónica Global.
Valls, acompañado por su madre, Luisangela Galfetti, y su hermana, Giovanna, ha causado expectación antes, durante y después de hablar en la ramblera Casa del Llibre, cuya sala de actos se ha llenado congregando a un gran número de medios de comunicación, singularmente varios franceses que -ellos sí- tienen clarísimo que su compatriota aspirará a la alcaldía en las elecciones municipales del próximo mes de mayo.
“Barcelona debe dejar de tener una mirada pequeña, debe abrirse con todo su potencial, tener una visión europea e internacional. Puede y debe. Para ello, es necesario que se redescubra, cambiar ese relato corto en el que le ha metido el independentismo”, ha comentado Valls, cuyas palabras han levantado sonoros aplausos en varias ocasiones. “Para ello, nada mejor que cultura, mucha cultura. Tiene dos idiomas, tiene el Liceo, tiene museos, tiene teatros, celebra grandes eventos internacionales de todo tipo... Debe ser aquella Barcelona que, por ejemplo, me hizo venir en una ocasión desde París para admirar el Cyrano de Flotats”.
EL DRAMA DE EUROPA
Como la convocatoria era para hablar del ‘procès’ independentista, criticado sabia e intelectualmente en el libro citado, Valls ha tenido que circunscribirse mayormente al tema del independentismo, pero a la vez ha sido capaz de utilizarlo para revelar cómo cree que Barcelona debería liderar el cambio de paradigma.
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“Barcelona tiene todo el potencial para ser capital para Catalunya, para España y para Europa”, ha asegurado, alertando a los presentes sobre lo que está ocurriendo no solo en la ciudad, sino en todo el Viejo Continente.
“Lo que hay en juego no es únicamente Catalunya o España. Está en juego Europa. El reto es tremendo, porque el continente está en crisis después de 70 años de paz, de la reconciliación franco-alemana, de dotarse de democracia y de un estado del bienestar”, ha proseguido. “Hay que hacer un análisis histórico sobre lo que sucede y por qué sucede. Cómo es posible que las regiones más ricas del continente, como son Catalunya o el norte de Italia, quieran romper con todo, generando movimientos populistas en los que se mezclan los términos izquierda, derecha y nacionalismo”.
“El mundo ha cambiado radicalmente en los últimos años y Europa debe afrontar que hay otros lugares del mundo que quieren superarla y ocupar su lugar. Y, lo digo en serio, Europa puede acabar saliendo de la Historia”, ha advertido quien habitó el palacio del Elíseo durante dos años (o sea, que sabe de lo que habla). “Tenemos que romper con ese relato negativo, que busca culpables y se aprovecha de populismos, para volver a construir una nueva Europa basada en la democracia, en la separación de poderes y, en definitiva, en sus valores".
OPTIMISTA, PESE A TODO
La advertencia de Valls sobre lo que le puede ocurrirle a Europa puede aplicarse a Barcelona respecto al independentismo catalán. Lo ha expresado así:
“Conozco el catalanismo; sé de su historia, de sus cualidades y de su valor; por eso, no entiendo el independentismo que quiere irse de España pretendiendo que Europa la reconozca, como si nada. Pero eso no es posible. Es un absurdo y está costando muy caro en todos los aspectos. España es uno de los más antiguos estados-nación, tiene una de las mejores constituciones (la del 78), cuenta con una de las regiones más ricas de Europa llamada Catalunya y una ciudad, Barcelona, que es muy potente y que cuenta con gran reconocimiento internacional. ¿Entonces?”.
“Lo que pasa aquí con el independentismo es muy importante y no es de ámbito local: sus consecuencias serían letales para todo el continente. Europa tardó en darse cuenta de lo que supone este desafío y sus dirigentes esperaron demasiado para decirle a los que quieren independizarse de España que no era posible, que Europa nunca iba a aceptar lo que pretendían”.
A pesar de ese aviso paneuropeo, Valls ha dicho sentirse optimista. “Lo soy, aunque la tarea va a ser difícil para todos: para Barcelona, Catalunya, España y Europa. Tenemos que construir un relato distinto, que frene el que nos han impuesto. Un relato que enganche a la gente, que le haga volver a tener confianza y creer en los grandes valores que construyeron la manera de ser y de vivir europeas”.