Barça, setas, Mediterráneo... las otras pasiones de Valls
El candidato a la alcaldía bromea con su nuevo hogar, en la calle París de Barcelona
12 octubre, 2018 19:30Noticias relacionadas
Manuel Valls es lo que se dice un auténtico 'animal político'. En Francia fue primer ministro, así como ministro de Interior en tiempos difíciles y convulsos (la era Hollande). Tampoco es fácil su nuevo reto: la alcaldía de Barcelona. En la capital catalana se ha reencontrado con su pasado, con su infancia, y muchos desconocen algunos capítulos sorprendentes de su vida.
Nació el 13 de agosto de 1962 y pasó su niñez en Horta, en un barrio que ha sufrido grandes cambios en los últimos años. De su infancia recuerda que desde su casa “veía el mar, me fascinaba”. Ahora ya no puede hacerlo “por las nuevas construcciones”. En el mismo hogar vive ahora su hermana y él se planteó la posibilidad de regresar al barrio, pero finalmente se decantó por el Eixample, del que es una enamorado. Su nueva residencia, curiosamente, está en la calle París.
EL PRIMER PISO
París, está claro, le persigue. “El de la calle fue el primer piso que me ofrecieron y el primero que visitéal regresar a Barcelona. Me gustó... y no había nada más que discutir. Había algo de premonitorio, sí”, explica Valls en su visita a la redacción de Metrópoli Abierta.
“Puedo seguir diciendo que vivo en París”, recalca con una sonrisa. “En París y en Barcelona, a la vez”, añade el ex primer ministro francés, un amante del Mediterráneo, un mar que conoce perfectamente y que acostumbra a visitar durante las vacaciones de verano. “Ya sea en una población catalana, en las Baleares, en Andalucía, en el sur de Francia, en Grecia o en Sicilia. El Mediterráneo, su luz especial, su ambiente humano, es parte de lo que soy como persona”, recalca.
EL HIMNO DEL BARÇA
El fútbol, como buen barcelonés, es otra de sus aficiones. Y no tiene reparos en proclamarse seguidor del Barça... aunque admite que su otro club es “el PSG de los años 80”. En el último partido disputado en el Camp Nou, Valls asistió al empate del equipo de Valverde contra el Athletic. Y a sus personas de confianza les recuerda que su tío abuelo (Manuel Valls i Gorina) fue el compositor del actual himno del club azulgrana. Entonces, el aspirante a la alcaldía de Barcelona tenía 12 años.
El Barça de su infancia no era el poderoso Barça actual. Entonces, el equipo ganaba la Liga muy de vez en cuando. Sonada fue la de 1974, con Johan Cruyff como estrella. Hace 40 años, la ciudad también era muy distinta. Y sus alrededores. En su infancia, por ejemplo, solía ir a la montaña con sus familiares para ir a recoger setas en Collserola.
Valls recalca en sus discursos que Barcelona necesita debate e ilusión. Asímismo, gestión y firmeza contra la falta de seguridad. Tiene claro qué futuro quiere para la ciudad, mientras vive el presente con intensidad y se emociona al recordar su pasado. Lo cierto es que cuando recuerda su antigua casa de Horta le brillan los ojos. También cuando visualiza una nueva Barcelona, con rascacielos cerca de Glòries, por ejemplo, porque él es un gran aficionado de la arquitectura y del urbanismo. Algo que, asegura, aún se puede implementar en Barcelona y que es casi imposible en París.