Buena parte de los vecinos de Barcelona consideran que la vida cotidiana en su barrio ha empeorado desde 2015 y, muy especialmente, en los últimos cuatro meses. Algunas problemáticas se repiten en todos los distritos y otras tienen una repercusión distinta. El malestar sube de tono y se concentra básicamente en Ciutat Vella, Gràcia y Les Corts. Los grandes conflictos son los siguientes denunciados por los barceloneses son los siguientes:
CIUTAT VELLA
Es el distrito más crítico con Ada Colau. En el reparto de culpas también se apunta a su regidora, Gala Pin. El deterioro, sobre todo en el Raval, ha llegado a extremos que pocos vecinos recuerdan.
Narcopisos. Probablemente es el problema más serio que se vive en el barrio. Se traduce no solo en consumo de drogas y presencia de drogadictos en las calles, sino también en peleas violentas por el control de las zonas y en amenazas a los vecinos que se atreven a denunciar su proliferación. Las últimas redadas policiales han calmado un poco el asunto... de momento.
Robos. Otro de los asuntos que más preocupa. Da igual que sea en el Raval, el Gòtic o la Barceloneta. Los robos a turistas son un claro síntoma de que algo no se está haciendo bien, pero hay mayor preocupación por los robos a niños o jóvenes que viven en el barrio. La existencia de mafias especializadas en este tipo de delitos genera mucha preocupación en el barrio.
Suciedad. Esquinas llenas de basura durante todo el día, contenedores y sus alrededores repletos de materiales desechables, jeringuillas usadas... Un paseo por las calles del Raval pone de manifiesto que la limpieza es otro asunto mal resuelto por el Ayuntamiento. Y las numerosas quejas de los vecinos han caído en saco roto durante toda la legislatura.
Prostitución. El ejercicio de la prostitución en algunas calles del barrio ha generado conflictos con los vecinos, sobre todo en aquellos lugares en los que los pisos actúan como prostíbulo. Los ruidos de clientes, algunas veces en evidente estado etílico, perturban el descanso de los vecinos, que muchas veces se sienten impotentes ante la presencia de mafias que controlar la actividad.
Ruido. Sobre todo en la época de verano, en muchos sitios del distrito de hace insoportable. Personas en las calles bebiendo y fumando, elevando el tono de voz y, a veces, peleando, impiden a los vecinos descansar con tranquilidad. Casos como los de la plaza Castella, el Raval Sud o algunas calles del Gòtic y la Barceloneta reflejan el hartazgo de los vecinos.
GRÀCIA
El distrito regido por Eloi Badia tampoco se salva de las críticas de los vecinos. Los problemas que arrastra el barrio no han recibido la respuesta adecuada por el gobierno municipal y algunos se han acrecentado.
Terrazas. Sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes. El sector de restauración reclama una normativa específica para el distrito, habida cuenta de las especiales características topográficas del mismo. La visión restrictiva del consistorio va en dirección contraria y, mientras tanto, la solución no llega.
Suciedad. La configuración del barrio no facilita las tareas de limpieza, pero son muchos los vecinos que se quejan de que a determinadas horas la suciedad se hace demasiado evidente. La presencia de visitantes y turistas tampoco ayuda a que el barrio se mantenga limpio, pero la responsabilidad de los responsables políticos del distrito es evidente ya que de ellos depende las actuaciones que se hagan.
Movilidad. También en este caso la especial configuración del barrio tiene enorme importancia en este punto. Calles estrechas, plazas y calles peatonales... La casi ausencia de transporte público en el interior de Gràcia supone un serio hándicap, sobre todo para las personas mayores, obligados casi siempre a hacer transbordos para ir a destinos fuera del distrito.
Incivismo. Un problema que se ha acrecentado en los últimos meses. Los vecinos se quejan de ruido, suciedad acumulada, pintadas... El asunto ha unido a la oposición política para exigir que se adopten medidas y que se sancione a los que incumplen la normativa. Mientras, los vecinos preparan protestas.
Ruido. El incivismo también comporta ruido Y pese a los intentos de solucionarlo por parte del consistorio el problema persiste ya que todo han sido parches que apenas han servido para acabar con un problema que afecta a casi toda la parte central del barrio, la de mayor concentración de personas en la calle.
LES CORTS
Los vecinos de Les Corts ven con especial preocupación como el barrio ha experimentado una sensible degradación en algunos temas a los que han pasado a prestar una especial atención.
Espai Barça. La remodelación del Camp Nou supone una cambio radical en el distrito y no todos los vecinos lo ven con agrado. Temen que los alrededores del campo se conviertan en un aparcamiento de autobuses todos los días del año, con los consiguientes problemas de movilidad por el aumento del tráfico.
Suciedad. Uno de los aspectos que más preocupa en el día a día es el de la suciedad en las calles. Los vecinos se quejan de que se ven menos operarios de limpieza por las calles y que la suciedad se acumula en algunas zonas sin ningún control.
Aparcamiento. Un problema endémico en el distrito es la ausencia de aparcamiento en superficie. Los vecinos llevan meses reclamando soluciones al equipo de gobierno, pero por el momento, todo sigue igual. Y todo se agrava hasta extremos insoportables los días que hay partido del Barça en el Camp Nou.
Movilidad. El crecimiento de los carriles-bici en el barrio ha afectado directamente a la movilidad. Las restricciones de tráfico y la pérdida de plazas de aparcamiento en superficie ha supuesto una serio contratiempo para los vecinos.
Inseguridad. Una cierta sensación de inseguridad ha ido creciendo en el distrito en los meses pasados, tanto por los robos que se producen en la calle como las entradas en las viviendas.