La vivienda es la eterna asignatura pendiente de Barcelona. Y la gran promesa incumplida de Ada Colau. En la campaña electoral de 2015, la alcaldesa anunció la construcción de 4.000 viviendas sociales y apenas cumplirá una tercera parte de su compromiso. El problema sigue enquistado y el segundo Barómetro de Centre de Estudis Sociològics para Metrópoli Abierta ofrece una radiografía clara de cuál es la situación real de la vivienda en la Ciudad Condal.
El 69,8% de los residentes en Barcelona vive en una vivienda en régimen de propiedad y un 28,3%, de alquiler. Según el estudio demoscópico encargado por este medio, casi la mitad de los barceloneses (49,0%) tiene una propiedad ya pagada, mientras que el 20,8% todavía atiende los pagos de hipoteca u otro tipo de crédito.
LAS TRES VARIABLES
Por distritos, el 60,0% de los vecinos de Nou Barris viven en una propiedad con la hipoteca pagada. Este porcentaje baja ligeramente en Les Corts (58,3%) y Sant Andreu (56,7%). También tienen la hipoteca pagada el 60,8% de quienes votaron a CiU en 2015 y el 63,5% de los hogares formados por dos miembros.
Los barceloneses que abonan una hipoteca son más jóvenes y en estos hogares viven más personas (el 30,7% de las viviendas con cuatro o más miembros). El distrito con más vecinos que soportan la deuda de un crédito es Horta-Guinardó (33,3% de sus habitantes). En esta franja está el 38,9% de quienes pertenecen a un sindicato, el 31,4% de quienes votaron al PSC en 2015 y el 28,1% de los votantes de Barcelona en Comú en los mismos comicios.
Los vecinos residente en pisos de alquiler se disparan en Ciutat Vella (43,3%), Eixample (36,7%) y Gràcia (36,7%). También es la opción mayoritaria de los usuarios del bicing (52,3%) y de quienes tienen intención de cambiarse a otro barrio (54,4%). Este segmento incluye al 49% de los barceloneses que afirman que se abstuvieron de votar en las últimas elecciones municipales.
COLAU SUSPENDE EN JUNIO Y OCTUBRE
Los barceloneses, mayoritariamente descontentos, puntuaron con 4,2 las políticas de vivienda de Colau en octubre. Cuatro meses antes, la nota media había sido idéntica. En la valoración de 12 aspectos concretos de la ciudad (movilidad, calidad de vida, servicios sociales, zonas verdes, turismo, etc), la vivienda es el que recibe una peor valoración. Esta tendencia se mantiene en nueve de los 10 distritos de la capital catalana.
La problemática residencial de la capital catalana queda retratada en otro dato del Barómetro. El 27% de los residentes en Barcelona afirma que se plantea un cambio de vivienda.
LA VIVIENDA PASA FACTURA
La vivienda es una cuestión local que ayudó a que la actual alcaldesa fuera en cabeza de la lista más votada y puede ser hoy un arma de doble filo también para ella. El desgaste de Ada Colau se ha acentuado en los últimos meses entre otras razones por lo que los ciudadanos consideran incumplimientos de sus compromisos al llega al cargo. En octubre, el 65% de los barceloneses están descontentos con la gestión de Colau, ocho puntos más que en junio de 2018. La inseguridad y la suciedad son, según el estudio demoscópico de octubre, los problemas que más preocupan a los barceloneses. Uno de cada tres habitantes denuncia que ha sufrido algún acto delictivo en los últimos tres años.
Colau tampoco ha sabido gestionar la proliferación de nuevos conflictos en Barcelona como la proliferación de narcopisos en el Raval, el top manta y la invasión de patinetes en el espacio público.
EL TURISMO MEJORA SU IMAGEN
El turismo, en cambio, ha dejado de ser una obsesión para los barceloneses. Este problema es percibido mayoritariamente en Ciutat Vella y Eixample, sobre todo en las calles próximas a la Sagrada Família.
De los servicios públicos, los mejor valorados son los mercados, el metro y el agua. Las peores notas son para la Guàrdia Urbana y la limpieza.
Los resultados obtenidos en esta encuesta del Centre d'Estudis Sociològis sobre el grado de satisfacción y descontento de los barceloneses se han obtenido tras realizar 600 entrevistas a hombres y mujeres de 18 o más años empadronados en Barcelona, con derecho a voto en las elecciones municipales de 2019. El nivel de confianza para los resultados es del 95,5%. El trabajo de campo mediante entrevistas se realizó entre el 8 y el 17 de octubre de 2018.