La negativa del Gobierno de Israel a dejar entrar a una comisión del Ayuntamiento de Barcelona en los territorios de Gaza no cogió de nuevo al consistorio. De hecho, se sabía que la delegación que encabezaba Laura Pérez, concejal encargada de Relaciones Internacionales, no podría pasar la frontera israelí. “La situación es muy delicada en la Franja y no se permite el paso a cualquiera”, admiten a Metrópoli Abierta fuentes cercanas al Gobierno israelí.

Pérez se desplazó a la zona junto al director de Justicia Global y Cooperación, David Llistar, y al responsable técnico del Este del Medditerráneo, Jordi Cortés. Tenían previsto supervisar algunos de los proyectos que cofinancia el consistorio barcelonés en los territorios de Gaza. Pero una vez allí, el Gobierno de Israel denegó la entrada en Gaza de la comitiva a través del consulado general de España en Jerusalén, sin dar más explicaciones. Fuentes que trabajan en la zona explican a este diario que “es muy complicado acceder a según qué territorios. Incluso teniendo visado previo, puedes llegar a los puestos y te niegan la entrada”. Además, jamás justifican la denegación de permisos. “Simplemente, te dicen que no puedes pasar y no tienes derecho a ninguna explicación”, subrayan las fuentes.

Por otra parte, una fuente que trabaja en la zona señala a este diario que “el Gobierno de Benjamin Netanyahu considera que Barcelona es demasiado propalestina y ha sentado muy mal que se haya aprobado una declaración antijudía que considera un ataque frontal contra su país. Ésa es una espina que tiene muy clavada y que no olvidará jamás. Hasta la llegada de Colau, las relaciones eran buenas. Tanto que Tel Aviv es una ciudad hermanada con Barcelona. Pero tras la llegada de Colau, las cosas cambiaron mucho y su alineamiento con los palestinos han enturbiado las relaciones, hasta el punto de que ni existen”.

LA POLÉMICA DECLARACIÓN DE PRESIDENCIA

Se refiera a que en la primavera del año pasado, la Comisión de Presidencia del Ayuntamiento aprobó una declaración de condena a la ocupación israelí “y las políticas de ocupación de los territorios palestinos y el expolio, explotación y destrucción de las riquezas y recursos naturales del pueblo palestino”. Quien presentó esa declaración en la comisión fue el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello.

Por si fuera poco, la propia alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, se manifestó en varias ocasiones contraria a la actitud israelí frente a los palestinos. Para muestra, un botón: Cuando despedía a una de las flotillas que zarparon de Barcelona con ayuda para asentamientos palestinos de Gaza y Cisjordania, Colau exigió  en su discurso “el fin de la ocupación de Israel en la Franja”. Y Barcelona, como ciudad, también ha dado, tradicionalmente, apoyo a los movimientos palestinos de Gaza y Cisjordania, enfrentados a muerte con el Gobierno israelí. Varios dirigentes del Ayuntamiento de Barcelona se han mostrado también muy críticos con el posicionamiento del Gobierno de Netanyahu. Todos los movimientos del consistorio barcelonés no pasan desapercibidos para el Gobierno judío, que luego actúa en consecuencia.

Laura Pérez y Ada Colau



LA INVITACIÓN A UNA TERRORISTA

Por si fuera poco, la plataforma projudía ACOM señala que “Colau ha convertido a Barcelona en la grotesca capital europea que patrocina el terror contra los judíos y el antisemitismo político, una ciudad donde terroristas campana sus anchas y con invitados como personalidades insignes e incluso dan conferencias”.

Se refiere a la invitación cursada a Leyla Khaled en mayo del 2017 para dar una conferencia en la capital catalana. Khaled era miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y participó en varias acciones terroristas. En 1969, secuestró un avión de pasajeros de Estados Unidos y tras evacuar a los viajeros, obligó al piloto a sobrevolar Haifa, su ciudad natal. Más tarde, intentó secuestrar otro avión, pero el ataque se frustró cuando las fuerzas de seguridad mataron a su compañero sentimental, el nicaragüense Patrick Argüello, que también era terrorista. En su mano, llevaba un anillo con una bala y alardeaba de que su primer novio había sido un Kalashnikov.

POLÉMICA CON EL GOBIERNO ISRAELÍ Y ASOCIACIONES JUDÍAS

La invitación para que Khaled asistiese como invitada a un acto patrocinado por el Ayuntamiento de Barcelona levantó una agria polémica no sólo del consistorio con el Gobierno israelí, sino con las asociaciones judías que tienen sede en Barcelona. La conferencia no se anuló, pero los servicios diplomáticos del consistorio tuvieron que emplearse a fondo para quitar hierro al asunto. A las comunidades judías les aseguraron que no fue el Ayuntamiento quien la invitó, sino los organizadores del acto y, aunque éste estuviese patrocinado por la Administración local, ésta no eligió a los ponentes de las conferencias. La explicación no satisfizo a los judíos, pero al final acordaron conceder una tregua en la sorda batalla que libran con el consistorio barcelonés.

También hubo un polémica que no saltó a la prensa cuando Barcelona iba a acoger el año pasado una conferencia a la activista Ahed Tamimi, que finalmente no se llegó a celebrar.

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