La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pondrá a Manuel Valls en la diana de su campaña para recuperar el terreno perdido y presentarse como la alternativa “de izquierdas” a una plataforma “de derechas”. Ése será el principal eje estratégico de la alcaldesa ante las elecciones municipales de este año.
Desde el equipo municipal, no se podrá profundizar mucho en la acción de gobierno de este primer mandato, dados los exiguos frutos de las políticas aplicadas. Pero una de las peticiones que la plataforma de los comunes (donde confluirán también Podemos e ICV) será, precisamente, la petición de otro aval del ciudadano para poder llevar a cabo las iniciativas que en la primera legislatura no se han podido concretar, ya fuese por falta de tiempo o de apoyos políticos.
TRIPLE EMPATE EN LAS ENCUESTAS
Desde la oposición se considera que Colau está lastrada por su negativa labor en esta legislatura y se reconoce que “intentará plantear las elecciones como un pulso entre la izquierda y la derecha”. No es mala idea, aunque en el caso de Barcelona hay una circunstancia especial: en estos momentos hay tres fuerzas que prácticamente están empatadas en concejales: Barcelona en Comú (BeC), Manuel Valls y ERC.
En cierta manera, los republicanos confían en ser la alternativa de izquierdas a la propia Colau. Para ello, cuentan con la fuerza de su candidato, Ernest Maragall, un hombre ya curtido en labores municipales, con experiencia en gestión de la Administración, hermano del exalcalde Pasqual Maragall y además el cerebro económico de la ciudad en las gloriosas décadas de los 80 y los 90.
LA LIMITACIÓN DE MARAGALL
Desde BeC se considera, no obstante, que el marchamo independentista puede restar fuerza a Maragall, ya que las elecciones municipales “han de tener un fuerte componente ciudadano y no político”. Así, consideran que la contaminación de los comicios locales con la polémica del independentismo puede acabar lastrando la candidatura republicana. En ese caso, Colau intentará situarse como la “auténtica” fuerza de izquierdas frente a ERC y a PSC.
En la banda opuesta, sitúa a Manuel Valls, que a pesar de que no es militante de Ciudadanos, será el candidato in péctore de la formación naranja. Pero, además, su candidatura beberá también de fuentes de los socialistas y del PP para conformar una plataforma de centro derecha y derecha no nacionalista que sería la antítesis de BeC. Ese mapa político sería el fiel reflejo de la estrategia de la propia Ada Colau.
Pero lo cierto es que incluso entre la oposición se matiza que “es muy pronto para decidir qué hacer. Hay una cosa básica: las campañas deciden una parte importante del voto. Se ha visto en los últimos años, cuando las previsiones fueron sistemáticamente desmentidas por las urnas”. Se volvió a ver en las últimas elecciones andaluzas: una semana antes, se discutía si Vox entraba o no en el Parlamento y, al final, obtuvo 13 escaños.
SE HA DE ENTRAR EN EL FONDO DEL DEBATE AÚN
En Barcelona, el triple empate teórico añade emoción a las previsiones. “Es cierto que se ha visto cómo, en los últimos meses, Colau modificaba su estrategia y pasaba a priorizar unos temas sobre otros. Pero lo que hoy puede pesar bastante, luego apenas tiene importancia, es más voluble. Por eso hay que esperar a que empiece la campaña electoral”, explica una fuente de la oposición.
Los rivales, no obstante, sí echan en cara a la alcaldesa que “se ha acabado echando en brazos del separatismo, pero luego se le ve el lado populista cuando intenta contentar a otros sectores de la ciudadanía. De todos modos, ya se verá cómo se conduce el debate en la campaña electoral, ya que falta entrar en el debate de fondo y nadie está centrado en él en estos momentos. Si se ha de apostar por algo, será por la improvisación del último momento, porque los temas que se toquen en la campaña electoral podrán condicionar el voto”.
LA CUESTIÓN INDEPENDENTISTA
Otro de sus rivales destaca que “la estrategia que ha llevado hasta ahora es la de la gesticulación, la de ir a buscar la foto. Ha estado en actos que no son relevantes y, sin embargo, ha estado ausente en importantísimos actos para la ciudad”.
Pero la decisión de plantear los comicios como una opción entre la derecha y la izquierda tradicional, además de liberarla del incómodo tema del independentismo, le da armas para poder marcar perfil propio y distancia frente a los rivales que le disputan las bolsas de electores, en este caso, PSC y ERC. Lo único que necesita es a alguien que le haga de contrapeso en la derecha. Y ahí tiene en Manuel Valls el candidato perfecto.