La Barcelona de Ada Colau es la peor valorada por los barceloneses desde 1991 (página 9), antes de los Juegos Olímpicos. En el último barómetro municipal, una encuesta que el Ayuntamiento realiza cada semestre, al menos, desde hace 27 años sobre la situación de la ciudad y la gestión del gobierno de Barcelona, un 59,9% de los ciudadanos opina que la capital catalana ha empeorado durante el último año (página 9). Éste es el peor resultado obtenido jamás por un alcalde.
Colau gobierna desde junio desde 2015 y antes que este 59,9% su peor resultado fue un 51% en diciembre de 2017, es decir hace algo más de un año, algo más de la mitad de los barceloneses consideró entonces que la ciudad había ido a peor durante los últimos 365 días. Con anterior a Colau, las peores notas las obtuvieron Xavier Trias, con un 53,3% en diciembre de 2012 y un 49,3% en junio de 2013, y Jordi Hereu, con un 48% en junio de 2010. En ambos casos, los dos ediles perdieron las elecciones cuando pasaron de nuevo por las urnas.
UN 42% CREE QUE LA GESTIÓN ES MALA O MUY MALA
El último barómetro municipal arroja también una pésima nota para el gobierno de Colau cuando se pregunta a los barceloneses sobre la gestión del Ayuntamiento. Este diciembre, un 42% de barceloneses ha dicho que la gestión de los comuns es mala o muy mala (página 15). La alcaldesa obtiene la segunda peor nota -si se mira por alcaldes- y solo es superada por Hereu en 2010 (página 19). En aquellas encuestas, un 45% (junio) y un 43% (diciembre) de los ciudadanos valoraron que la gestión de la ciudad era mala o muy mala.
Las malas votaciones del gobierno de Hereu se produjeron tras el fiasco de la consulta por la reforma de la Diagonal, llevada a cabo en 2010. En aquella votación, el 79,8% de los participantes se inclinaron por no reformar la popular avenida. La propuesta defendida por el gobierno de Hereu solo logró el 11,38% de los votos y le costó el puesto al primer teniente de alcalde, Carles Martí. La consulta abrió una profunda crisis en el gobierno muncipal de Hereu, que perdió los comicios en 2011 frente a Trias. En 2005, cuando el barómetro se hacia cuatro veces al año, un 41% de los barceloneses valoraron que la gestión de Joan Clos -en un tripartito municipal- era mala o muy mala.
El 42% obtenido por Colau supone un incremento de casi trece puntos de valoración negativa respecto a junio del año pasado, cuando un 29,1% aseguraba que la gestión municipal era mala o muy mala. Por contra, el mismo barómetro indica que un 43,4% de los ciudadanos opina que la gestión municipal es buena o muy buena. Respecto a junio, la valoración positiva baja 11,7 puntos y pasa del 55,1 al 43,4. En resumen, la mala nota del 42% de ciudadanos que considera que la gestión municipal es mala o muy mala es la más alta del mandato, y la nota positiva del 43,4% que valora que la gestión es buena o muy buena es la peor desde que la alcaldesa gobierna.
SUBIDA DE LA CRIMINALIDAD
El aumento de delitos que ha vivido la ciudad este mandato -la criminalidad se disparó un 20,5% el primer semestre del año, según el Ministerio del Interior- ha disparado la inseguridad como el problema más grave que tiene la ciudad. Así lo ve un 21% de los encuestados. El segundo problema para los barceloneses es el acceso a una vivienda por los altos precios, con un 12,1%, y el tercero lo ocupa el encaje de Catalunya en España, con un 7,3%. Sin embargo, la preocupación por la seguridad no es un problema exclusivo de Colau. De hecho, los datos históricos de los barómetros municipales hasta 1991 indican que las peores valoraciones por inseguridad las obtuvo Clos en marzo de 2003, con un 28%, y un año antes, con un 27%. Colau obtiene los peores resultados desde 2006.
El gobierno de Colau aprovechó los malos resultados en la encuesta municipal para intentar resucitar el proyecto del tranvía por la Diagonal. Según el barómetro, el 62,9% de los encuestados quiere la conexión de este medio de transporte por la popular avenida. Algunos partidos de la oposición creen que con esta salida Colau quiso crear una "cortina de humo", afirmó el PSC, para desviar la atención. El gobierno municipal tiene la intención de volver a votar el proyecto en el pleno de enero. Este martes, el candidato de ERC, Ernest Maragall, se ha mostrado partidario a dialogar con la alcaldesa para desencallar el proyecto.