Maragall rechaza la propuesta de Colau para la unión del tranvía

Ada Colau busca un golpe de efecto con vistas a las elecciones municipales del 26 de mayo y persiste en su propuesta de unir el tranvía por la Diagonal. El proyecto de la alcaldesa de Barcelona tiene muchos detractores y su desesperado acercamiento a Ernest Maragall, líder de ERC en Barcelona, sigue sin encontrar el premio deseado.

Colau y Maragall se reunieron el jueves por primera vez y abordaron la conexión del tranvía por la Diagonal. No hubo acuerdo en dicha materia, pero se emplazaron a seguir hablando del tema, según explica la agencia EFE.

La reunión tuvo dos partes: una primera en la que Colau y Maragall estuvieron solos y una segunda en la que se incorporaron el portavoz del grupo de ERC Jordi Coronas, y la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz.

DIFERENCIAS IMPORTANTES

La propuesta de Colau no sedujo a Maragall. Las diferencias entre las dos partes siguen siendo muy importante y difícilmente se resolverán en una segunda negociación. En ERC son conscientes del amplio rechazo que suscita este proyecto en un amplio sector de la ciudadanía y, sobre todo, entre los comerciantes de la Diagonal.



El voto en contra de ERC -junto a los del PDeCAT, Cs, PP y CUP-, impidió que el protocolo de ampliación del tranvía de Glòries a Verdaguer por la Diagonal que el gobierno de Barcelona en Comú llevó a un pleno extraordinario del pasado mes de abril saliera adelante.

LA INSISTENCIA DE JANET SANZ

A principios de 2019, la teniente de alcalde Janet Sanz anunció que el gobierno Colau volvería a llevar la conexión de las dos redes de tranvía por la Diagonal al pleno de este mes de enero, después de hacer público que el 62,9 % de los barceloneses se manifestó a favor cuando se le preguntó en la encuesta del último Barómetro municipal.



Tras este anuncio, Ernest Maragall, que ahora es el candidato a la alcaldía de ERC, manifestó estar dispuesto a llegar a un acuerdo antes de las elecciones si el gobierno municipal concretaba el coste del proyecto y un modelo de gestión público, las mismas condiciones que pusieron en abril para apoyar el protocolo.