El conflicto del taxi encalla y Barcelona sigue sumida en un caos histórico. Los daños colaterales son enormes, tanto para la imagen de la ciudad como para la economía de muchos sectores. Y en plena crisis, Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, pide diálogo y soluciones en contraste con la actitud contemplativa de la alcaldesa, Ada Colau.

A través de un mensaje en su cuenta personal de Twitter, Fernández ha expresado su preocupación y malestar por una huelga indefinida que comenzó el pasado viernes. “Barcelona, los barceloneses y los usuarios no pueden ser rehenes del conflicto del taxi. Pierde BCN, el propio taxi, los hosteleros, comerciantes y restauradores; creadores de empleo y riqueza. Es imprescindible diálogo, acuerdo y sensatez, y sobre la violencia!”, ha escrito el líder del PP en Barcelona.

La indignación de Fernández coincide con la frustración de los comercios de Barcelona, especialmente los del centro. En los últimos días, las principales entidades han pedido a Colau que tome soluciones para evitar el colapso actual. “La alcaldesa debe restituir el orden”, reclamó, por ejemplo, Gabriel Jené, el presidente de Barcelona Oberta, unión de ejes comerciales turísticos de la Ciudad Condal.

El PP espera la resolución inmediato de un conflicto que penaliza la reputación de Barcelona, que vive una de las peores crisis de las últimas décadas. La inseguridad se ha convertido en el gran problema de la ciudad, según el último Barómetro del Ayuntamiento y el segundo Barómetro de la ciudad que Metrópoli Abierta encargó a Centre d'Estudis Sociològics. La falta de una política de vivienda efectiva y la proliferación de manteros y de narcopisos en el Raval son los otros grandes conflictos de la capital catalana.

 

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