Ada Colau no quiere a Felipe VI en el Ayuntamiento de Barcelona. Diez meses largos después de que una sentencia judicial obligara al gobierno de Ada Colau a colocar una imagen de monarca en el salón de plenos, el fallo sigue sin cumplirse. Fuentes municipales informan que la decisión judicial se ha recurrido y que mientras la sentencia no sea firme el gobierno de la ciudad sigue defendiendo la prerrogativa municipal. En julio de 2015, Colau ordenó la retirada del busto del rey emérito, Juan Carlos I, del salón de plenos. El caso acabó en los tribunales a instancias del PP. Los populares y el fallo judicial opinan que la Ley obliga a tener una imagen del monarca que ahora reina, en este caso Felipe VI, en la sala de plenos.

La expulsión de Juan Carlos I del salón de plenos fue uno de los primeros gestos que los comuns hicieron de cara a la galería tras llegar a la alcaldía. A media tarde del 23 de julio de 2015, dos operarios municipales entraron en el salón de plenos se subieron a una escalera y se llevaron el busto, de 34 centímetros, obra del suizo Charles Collet, ante decenas de cámaras y a ojos del primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, y del por aquel entonces comisionado de Memoria Histórica, Xavier Domènech, que más tarde fue el líder de Catalunya En Comú Podem y ahora ha dejado la política.

PRIMERA ACCIÓN DE JOSEP BOU

El busto estaba justo debajo del cuadro de la reina regente y Alfonso XIII, todavía niño, que preside el salón de plenos. Casi cuatro años después, el espacio sigue vacío. De hecho, Felipe VI jamás ha presidido la sala de plenos. Josep Bou, candidato independiente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, asegura que si llega a la alcaldía lo primero que hará será sacar el lazo amarillo que preside el balcón la Casa Gran, en la plaza de Sant Jaume. "Es sectario". Acto seguido, Bou dice que se dirigirá al salón de plenos y restituirá el busto real. "Cogeré el busto de su majestad el Rey y lo pondré en la peana. Es de decencia", dice Bou a Metrópoli Abierta.

El 24 de julio de 2015, un día después de la retirada del busto del Rey emérito, Colau afrontaba su primer pleno y en los prolegómenos, el jefe de filas del PP en el consistorio, Alberto Fernández, y la regidora Ángeles Esteller colocaron una foto de Felipe VI -que empezó a reinar en junio de 2014-, donde antes estaba el busto de su padre, Juan Carlos I. El momento fue inmortalizado por los periodistas gráficos, al igual que la posterior retirada de la fotografía por parte de Pisarello.

CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

A instancias del PP, la Delegación del Gobierno en Catalunya presentó un contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de Barcelona. En marzo del año pasado, una sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo nº 3 de la ciudad obligaba al consistorio a colocar un retrato del Rey en “un lugar preferente y de honor” en el salón de plenos municipal. Tras la sentencia, Fernández recordó que la retirada fue "contraria a Derecho". El fallo advierte de que las decisiones y normativas municipales (incluidas evidentemente las de Colau) “no pueden ignorar la primacía de las leyes estatales sobre los reglamentos aprobados por los entes locales” y que por lo tanto no puede legislar según su voluntad y en base a su ideología.

Según el Ayuntamiento, la sentencia es en primera instancia y no es firme, de ahí que se haya recurrido. Las fuentes recuerdan que el consistorio reformó el Reglamento Orgánico Municipal (ROM) para que fuera el plenario municipal quien determinara de que simbología se dota la sala y sostiene que no está claro que el reglamento estatal que dice lo contrario tenga más rango. En marzo del año pasado, Pisarello valoró que la Carta Municipal es una norma de rango superior y "dota de fundamentos" al pleno para decidir la simbología que utiliza. La modificación del ROM se hizo en diciembre de 2015, tras la retirada del busto.

El Ayuntamiento de BCN tiene otro busto de Juan Carlos I. 



EL BUSTO, EN EL MUSEU D'HISTÒRIA

El Ayuntamiento explica que el busto del Juan Carlos I que fue retirado se encuentra en el espacio de conservación, una especie de archivos, que el Museu d'Història de Barcelona (MUHBA) tiene en la Zona Franca. Lo que pocos saben -o no quieren recordar- es que en el Ayuntamiento sigue habiendo otro busto de Juan Carlos I, concretamente en una de las esquinas de la sala del Consulat de Mar, cercana al balcón principal de la plaza de Sant Jaume. Juan Carlos sigue allí ajeno a que su otro yo desapareciera hace cuatro años del salón de plenos y su hijo, Felipe VI, sigue expulsado de la Casa Gran.

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